Selección Colombia

Regreso de James a Colombia: gol, figura, talento y cariños a 'haters'

El 10 fue el mejor en el primer tiempo contra Guatemala, aunque le falta en lo físico.

James Rodríguez Foto: FCF


24 de septiembre 2022, 08:42 p. m.
Una ovación, de colombianos y de guatemaltecos, se escuchó a los 63 minutos en el Red Bull Stadium de New Jersey. Y sí, era para James David Rodríguez. Otra vez, como antaño.
El colombiano hizo un gran partido, fue la figura del primer tiempo y se vio comprometido, como lo explicaba el técnico Néstor Lorenzo, para volver a vestirse con la camiseta de Colombia.
Él sabía que las miradas estarían sobre él, que cada toque iba a traer la incertidumbre que él mismo ha puesto sobre su carrera al venir dando tumbos en los últimos tres años y apenas recalar en Olympiacos, tras una conflictiva salida de Al-Rayyan de Catar. Lo suyo eran solo dudas desde la previa y era en la cancha donde necesitaba dar respuestas.
Y su rodaje con la mayoría de titulares le permitía un buen arranque. A los 4 minutos sorprendió a los guatemaltecos con un pase perfecto a Falcao, que adivino el zaguero y estropeó el remate. Pero a se quedó a los 6 minutos cuando quiso ubicarlo Cuadrado con un centro pero le ganaron de nuevo en la zaga rival.
Se juntaba finalmente con Díaz a los 16 por la banda y aparecía cuando la jugada finalizaba en el medio del área pero, el mal endémico de Colombia: muchos hombres con opción de remate al arco y ninguno se animaba. Ojo que le pasó a James, pero les pasa a todos...
Los minutos lo fueron llevando por distintos lugares del campo, buscando la sociedad con Díaz o Falcao que no llegaba, pero encontrando el pase a Cuadrado, que a los 34 tuvo una opción clara que le rechazaron a tiempo.
Y entonces el grito que por meses guardó: el centro de Cuadrado le cayó perfecto y él tuvo la inteligencia de corregir la posición de la pelota en una fracción de segundo y meter el remate arriba, imposible para el arquero. Capítulo aparte para la celebración: "A mi no, a mí no", parecía decir, con algo de rabia acumulada de decenas de miles de críticas.
Una vez más quiso ubicar en el área a Falcao y se fue al descanso sabiendo que su revancha, si todavía no estaba completa, sí que tenía buena pinta.
Su segundo tiempo limitó un poco el desplazamiento, lo esperable para un hombre que no marcaba hace seis meses (Venezuela vs Colombia, de penalti) y que apenas logró estrenarse en Olympiacos antes de subirse al avión para acudir al llamado de su país.
Le falta en lo físico, claro. Le cuesta reaccionar en velocidad, lo sabían todos. Le duele saber que no está al nivel competitivo de varios de sus compañeros, seguramente. Pero lo que no sufrió ni una pizca en estos largos meses de inactividad fue su talento y eso es lo que respalda la decisión de Lorenzo de tenerlo en sus planes.
A los 63 minutos se fue agotado y le dio paso a Carrascal, todo un mensaje para quienes esperan relevos. Pero James todavía tiene ganas, amor y fútbol, todo el que una vez lo hizo indiscutible, para dar pelea. Esa ya es, para él, para Lorenzo, para la Selección, una grata noticia.
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