Opinión

El rechazo al conformismo

El partido del miércoles pareció una venganza fría y calculada de Colombia frente a Brasil.

18 de junio 2015, 07:16 a. m.
Ha pasado casi un año desde el rodillazo de Camilo Zúñiga y la vertebra lesionada de Neymar, el gol de Mario Yepes anulado, la caída de Colombia y el llanto inconsolable de James Rodríguez, impotente, por la derrota frente a Brasil en el Mundial 2014.

Desde aquella ocasión, el seleccionado colombiano se ha mantenido activo, esparciendo buena energía, como en la victoria vibrante de la noche del miércoles ante el mismo rival, que reconfirma el favoritismo en Copa América de Chile 2015 y reestablece la animada conexión con los aficionados.
El partido pareció, en su desenlace, una venganza fría y calculada. Tres días después de que cayeran rayos y centellas, por la derrota frente Venezuela, Colombia recompuso su estilo, recuperó las formas y con ellas, el control del balón, para expresar una sensación de superioridad ante el encopetado rival.
No cambió Colombia la idea básica de su juego. Lo hizo con profusión de pases cortos, medios y largos, asumiendo modificaciones en el trámite, aprendida la lección de su partido inaugural.
Muy rápido se solucionaron los problemas del reciente pasado porque la actitud frente al desafío, se afirmó en la adversidad.
Esta vez las sustituciones fueron soluciones a los problemas y no rellenos caprichosos para salir del paso, como en la calamidad de la derrota anterior.
Le faltó cabeza a Neymar para controlar el peso emocional del partido. Se dejó llevar por su entusiasmo individualista, dándole vida al juego de anticipo de Colombia, que vio en él un obstinado atacante empeñado en el lucimiento personal, presa de los nervios al final, por su impotencia en la derrota y la perdida de su duelo con James Rodriguez.
En contraposición, Colombia fue un intenso colectivo que, apoyado en su innegociable estilo, dejó en el piso predicciones y contrarrestó la jauría critica desbocada de perifoneadores alegres con la caída anterior. No fue tarea fácil, pero abundaron argumentos para facturar con gol, la merecida victoria que es botín de lujo por su trascendencia.
Como se ve, continua viva la ilusión.
Esteban Jaramillo Osorio
Especial para Futbolred.com
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