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La furia de JoseMa Giménez sigue presente en la memoria de muchos, tras el 2-0 de Uruguay contra Ghana que no alcanzó para avanzar a octavos de final del Mundial de Catar: faltó solo un tanto.
Poseído por la frustración él y varios compañeros se fueron encima del cuerpo arbitral, al que le reclamaron dos penaltis muy discutibles, pero que ellos vieron clarísimos en el campo.
El tema es que las cámaras captaron todo en su reclamo y vieron que elevó el codo y golpeó en la parte trasera de la cabeza a un empleado de la FIFA cuando enfilaba hacia el árbitro Daniel Siebert cerca del túnel para reclamarle y eso amerita, a la luz del reglamento, una sanción ejemplar.
El código de disciplina es claro: "al menos quince partidos o un periodo de tiempo adecuado por agredir (propinar codazos, puñetazos, patadas o mordiscos; escupir, golpear, etc.) a un oficial de partido".
Considerando que la eliminatoria de la Conmebol para un Mundial, en su formato habitual, tiene 18 fechas, eso es un golpe letal para un indiscutible en la zaga. Claro, hay fechas FIFA para amistosos y una Copa América en el intermedio, pero el castigo, si se aplica el reglamento, cobraría con todo el ataque de ira.
Vale decir que en el pasado ya Uruguay sufrió una sanción muy dura por el mordisco de Luis Suárez al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial de Brasil 2014, más 80.000 euros de multa.