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Jefferson Martínez, exjugador de Millonarios.Foto: Tomada de Twitter: @jmvalverde
Por:
Jenny Gámez
30 de agosto 2020, 09:19 p. m.
Parecía que era un trámite, una carta de renuncia, la coyuntura de la pandemia y asunto resuelto. Pero no será tan sencillo. Envigado ha decidido demandar a Millonarios ante la Comisión del Estatuto del Jugador de la Dimayor por presunto incumplimiento del convenio que llevó a Jefferson Martínez al club azul y luego, palabras más, palabras menos, lo sacó por la puerta de atrás.
Esta historia comenzó a escribirse el 20 de junio de 2019, cuando en los términos más cordiales, Envigado y Millonarios acordaron la cesión del arquero Jefferson Martínez en un estilo muy inusual para el medio colombiano: una "transferencia temporal con opción de compra obligatoria" de los derechos deportivos del jugador, como reza en el convenio. Opción, que no es opcional, sino que obliga. Todo muy europeo.
Los clubes acordaron una muy atractiva cifra, para los antioqueños por supuesto, de 550.000 dólares por la transferencia de un arquero suplente, ya que para el momento seguía en la nómina el venezolano Wilker Fariñez.
Y todo fue, en esos primeros meses, más o menos un jardín de rosas: Millonarios honró sus pagos de manera puntual para cubrir los primeros 150 mil dólares del acuerdo, Martínez recibió de parte de Envigado, en dos pagos certificados, lo que le corresponde según el Estatuto del jugador por lo que se consideraba por parte del club naranja una compra definitiva (compra obligatoria, ¿recuerdan?) y ya solo quedaban pendientes los 400.000 dólares restantes, que, según se acordó, se se pagarían "al momento de la firma de la transferencia definitiva del Jugador". Y ahí se torció el camino, porque el traspaso nunca fue definitivo.
Envigado alega, y aporta una sucesión de pruebas bancarias, correos y comunicaciones oficiales, que Millonarios redactó en su totalidad el acuerdo y que se aprovechó después, con ocasión de la pandemia, de la "ambigüedad" del término 'préstamo con opción de compra obligatoria' para evadir el pago final, alegando que el jugador renunció de manera voluntaria, que presentó una carta para la terminación de su contrato y se fue, lo que dejaba sin piso el objetivo final del acuerdo y el pago de la última cuota.
Y sí, Martínez renunció pero, según el equipo 'naranja' por la vía del engaño, pro que en Millonarios le dijeron que pasara la carta porque era un simple trámite y volverían luego a negociar los nuevos términos de un contrato que nunca le ofrecieron, tal como él mismo explicó en varias entrevistas y está dispuesto a ratificar ante la Comisión de Dimayor, cuando sea requerido.
Envigado se ciñe a un principio del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) que se conoce como “In dubio contra stipulatorem” y que establece que la interpretación de una cláusula que no es clara o ambigua deberá ser en detrimento de la parte que redactó la cláusula en disputa. Pero la pelea aun no llega a Suiza y Millonarios espera hacer valer sus argumentos antes en Bogotá, Colombia, Suramérica. Su prueba principal es que Martínez no está, que trabaja en Atlético Bucaramanga, el objeto del convenio ya no existe. También apelará a la literalidad del contrato, que dice "opción de compra". Después dice "obligatoria", sí, pero es una guerra de términos que anticipa una disputa larga y tediosa.
¿Es su palabra contra la suya, Millonarios?
Un detalle, sin emabrgo, juega en contra de la palabra de Millonarios. Y es que podría tratarse de su palabra contra la suya propia. ¿Cómo así?
En la Asamblea General de Accionistas, celebrada por videoconferencia el miércoles 18 de mayo de 2020 (a las 9:00 A.M.), el presidente del club azul, Enrique Camacho, dijo: "Se compraron los derechos deportivos deHansel Zapata proveniente de Equidad y de Jefferson Martínez de Envigado. Y llegaron en préstamo José Guillermo Ortiz y los defensores Deivy Balanta y José Luis Moreno”. El video fue de público conocimiento.
Pero más que eso. En el texto final, con firmas de todos los responsables contables del club, consta: “Los derechos deportivos presentan un incremento significativo principalmente por la adquisición de los derechos deportivos de los
jugadores Jader Valencia, Hansel Zapata y Jefferson Martínez entre otros".
De nuevo, un principio del derecho: 'non venire contra factum proprium', que habla de la inadmisibilidad de actuar contra los propios actos hechos con anterioridad. Es decir, la citada asamblea.
Por eso Enviado interpuso la demanda, que no solo pide la totalidad de los 400.000 dólares que, considera, se adeudan por el préstamo sino que pide el pago de la más alta tasa de interés del mercado por los días de mora que ya están en curso (a esta altura suma poco más de un mes) y además sancionar a Millonarios a no poder inscribir jugadores hasta que se pague la deuda, como estipulan las penas contempladas en el reglamento.
Por ahora la demanda está en Dimayor, pasará a la Comisión del Estatuto del Jugador de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) en segunda instancia y, si no hay acuerdo, podría llegar al TAS, donde no pesan los nombres de equipos grandes o chicos, valga la pena recordar el caso que Cortuluá le ganó a Atlético Nacional por Fernando Uribe.
Así las cosas, la pelea apenas empieza y se anticipa densa y compleja. Hay acusaciones y muchos argumentos con validez jurídica de lado y lado. La historia de Jefferson Martínez, que muchos creían era caso cerrado, todavía está por escribirse.