En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de
terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística,
optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa
navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo
deshabilitarlas u obtener más información
aquí
James Rodríguez nuevo jugador de Everton.Foto: Tomada de Everton F.C.
Por:
Jenny Gámez
24 de septiembre 2020, 09:40 p. m.
Las sensaciones son inmejorables: el talento de James Rodríguez parece ser la pieza que faltaba en un Everton que hasta su llegada era espeso en el ataque, sin imaginación ni conexión.
El talento del zurdo, su visión de juego y sus sociedades con los hombres en punta, han sido objeto de amplio debate en una Premier League que todavía no puede creerse que un jugador de su nivel haya aparecido así, sin pensar.
Pero ahora la duda es ¿cómo sacar el mejor provecho de su aliviadora presencia? Es el rompecabezas que intenta armar Carlo Ancelotti y que se irá ajustando a medida que pasen los partidos.
El rasgo principal es que James se acomodará sin complicaciones en un esquemas tácticos que privilegia sus condiciones: 4-3-3. Con Coleman, Mina, Keane y Digne hay retaguardia firme y dos hombres rápidos y hábiles en la salida desde campo propio -especialmente Digne por izquierda-. Por delante, el triángulo está integrado por Allan y Doucouré junto a André Gomes, quien a fuera de lucha se ha ganado el lugar.
Ese es ambiente estructurado para el momento en que Everton pierda la pelota es lo que hace que James se sienta libre y enfocado en su tarea de ataque: su posición en el 3 de adelante es por derecha, con Richarlison en la otra punta y en el área el inspirado Calvert-Lewin. Sí, es exactamente la posición donde ha venido jugando con Carlos Queiroz en la Selección Colombia.
La posición tiene varias ventajas: jugar con perfil cambiado le permite hacer diagonales para encontrar pase y para cruzar la pelota a ángulos inalcanzables, como ocurrió en su reciente gol contra West Bromwich (5-2). Pero además hace que todos corran mucho más que él para aparecer en su mapa, con un desgaste físico notablemente menor.
Y hay más: "La excelente sincronización de Rodríguez entre sus movimientos y el primer control evita que los oponentes bloqueen muchos de sus intentos de remate a puerta, buscando iniciar la acción ofensiva justo cuando recibe la posesión de un compañero. Debido a esta virtud es capaz de generarse más espacio para rematar –en muchas ocasiones en estático-, sin la necesidad de utilizar el impulso en su carrera para agregar potencia al tiro, como sí ocurre en otros centrocampistas que juegan en su misma posición", explica el sitio de Coaches Voice, que ha dedicado un amplio espacio al análisis del juego del colombiano.
Insiste la fuente en que la características del zurdo, tan evidentes en estos dos partidos de la Premier, requieren de una importante cuota de libertad en el frente de ataque: "La calidad de su último pase es otra fortaleza en su juego, especialmente cuando hay espacios entre la defensa rival para habilitar a sus compañeros en zona de finalización... La mejor forma de habilitarlo en esta función es llevar a un jugador cerca de él, ya sea un interior ofensivo por la derecha o un lateral derecho en posiciones adelantadas, para liberarlo de marca y que el colombiano pueda ganar tiempo y espacio para generar un envío de mayor precisión".
Lo dijo él mismo en sus entrevistas, que no entendía la necesidad de correr y correr antes que pensar. Le da la razón el sitio experto, que asegura que su tarea defensiva no debe pasar de retrasar un poco la salida del rival, sin tener la obligación esencial de recuperar la pelota, una tarea para la que "no es fiable".
Si quiere su talento, no le pongan una cárcel a su juego. Ya otros lo hicieron y fracasaron. Será, seguramente, un error que no repetirá el sabio Carlo Ancelotti.