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Bayern vs. Barcelona.Foto: Tomada de Twitter: @FCBarcelona
Por:
Jenny Gámez
08 de diciembre 2021, 04:53 p. m.
Moraleja: no vayas nunca a Alemania con necesidad. Resuelve antes, inventa algo, esfuérzate, agúzate. Pero no quieras gestas en Múnich, no solo no es realista sino que es lo más parecido a un suicidio. Lo sufrió, como un puñal en el corazón, un FC Barcelona, que se ha despedido, por primera vez en dos décadas, en una primera fase de la Champions League.
El equipo de Xavi no fue nunca rival para un Bayern Múnich tan aceitado, tan ambicioso, tan impecable como ha sido siempre su rica historia, y con justicia cayó goleado 3-0, resultado que, sumado a la victoria de Benfica contra Dínamo de Kiev (2-0), lo dejó fuera de la competencia aquella en la que alguna vez, no hace tanto, era uno de los candidatos.
Iba todo mal en Múnich, en ese estadio vacío en el que casi se podía escuchar lo que pasaba en casa de un Benfica consciente: antes de la media hora ganaba su partido 2-0 contra Dínamo de Kiev y eso era 'el ácido' para el FC Barcelona en Champions.
Se iba lesionado Jordi Alba, llegaba Mingueza con su pesado regreso ante unas flechas por las bandas como los hombres de rojo y pronto se veía ese desequilibrio en el marcador: a los 34 minutos escapó por derecha -obvio- Lewandowski y, en vez de enfilar a la red, levantó la cara, vio a Müller y le puso una sutileza que el goleador embocó. Peleaban los españoles que no entraba la pelota, pero chicos, bienvenidos a la era moderna, no hay nada que hacer cuando el reloj del árbitro vibra. Gol del Bayern. La ilusión catalana, como la cancha, se cubría de nieve.
Y se pondría peor: salía otra vez Bayern en un par de toques desde su campo, le quedaba a Sané, le miraban todos los de amarillo el número y él, ante tanta libertad, decidía lucirse: bombazo que bañó a Ter Stegen y 2-0 la cuenta a los 42 minutos. Después de 20 años, el maltrecho Barcelona se asomaba a su primera eliminación en primera fase de Champions. Todo muy coherente, hay que decir, con lo que padecen los catalanes, ahora sin Messi, hace ya tanto.
Sin saber bien que hacer, salía FC Barcelona al complemento con un milagro en su área: una salida en una velocidad alucinante movió al rival de derecha a izquierda acabó en una definición pobre, muy débil de Sané de frente a Ter Stegen. ¡Ahora le tendría piedad a su compatriota!
Para terminar de complicarlo todo, no era Dembelé una solución por culpa de la impecable marca de Pavard, no entendía Dest exactamente qué quería Xavi de él, no había noticias de Depay y se iba quemando, de puro frío, un equipo inofensivo, una máquina de correr pero sin pensar, una sombra terrenal y anémica de un equipo que alguna vez fue temible.
¿Qué más iba a hacer ante ese espectáculo Bayern Múnich sino castigar? El carrerón, tras un impecable cambio de frente, que pegó Alphonso Davies, acabó en el centro sobre la raya para que apareciera un muchachito, un chico de 18 años que juega partidos de Champions con el Bayern Múnich así como si nada, para marcar el 3-0 (minuto 62). Salió disparado del banquillo Xavi a alentar: ¡en cada alma catalana rondaba ya el fantasma de una nueva humillación contra el Bayern!
Tenía toda la razón porque perdonaba otra vez Sané en el centro cuando aparecía Lewandowski, que también quería su gol; y quería Coman en un tiro de esquina, y en el cierre volvía a fallar Sané y Nigelsmann, en el cierre, se daba el lujo de mandar al campo a todo su kinder de promesas. Mientras, el tan esperado Dembelé lucía desesperadamente lento -normal tras 7 meses sin un partido completo-, llegaba Coutinho otra vez sin llegar a sentirse y la expresión de desconsuelo de Piqué era el resumen del anhelo de todos los visitantes: ¡piten ya!
Al final el tiempo les daría consuelo y se acabaría el suplicio sin que nadie se acordara ya de que habían ido a Múnich por una hazaña. Goleado se fue FC Barcelona de la Champions League en primera fase, una noticia que hace dos décadas no se reportaba. Es verdad que no es noticia lo que ya se espera, pero es difícil imaginar un final más indigno de la historia reciente de éxitos de los catalanes. Ahora no hay norte y no hay magia: no era Xavi el de la varita... ese, si es que existe, se mudó a París.