Como en las viejas épocas, Manchester United y AC Milan protagonizaron un partidazo en torneo internacional. Esta vez el escenario no fue la Champions sino la Europa League.
Fuera de competición durante el último mes, la reaparición del centrocampista francés -también su estreno esta campaña en la Liga Europa- fue rotunda.
En tres minutos sobre el campo, porque entró en el intermedio por Marcus Rashford, le bastó para aclarar el rumbo del Manchester United, que hasta entonces no estaba nada definido. Entre otras cosas, porque el conjunto inglés necesitaba al menos un gol para pasar. Y lo logró por medio de Paul Pogba y unos cuantos rebotes.
No fue capaz el Milan de alejar el balón de su área en unos cuantos intentos, no fue capaz de aprovecharlo tampoco el United en dos ocasiones, hasta que la pelota le cayó a Pogba a un metro de la portería, en un lateral. La pisó, miró y batió a Donnarumma (0-1).
Un alivio para el grupo que dirige Ole Gunnar Solskjaer, que había sufrido algún intento ofensivo del Milan en el primer tiempo y que tomaba una ventaja más que valiosa en tal escenario. Al menos le garantizaba la prórroga en caso de empate. Y, de momento, ganaba. Y ganó.
Ni la entrada de Zlatan Ibrahimovic para los últimos 25 minutos, con un testarazo que rozó el 1-1 y que salvó Henderson, ni las intenciones ofensivas del Milan ni sus apariciones por el área contraria alteraron un encuentro tenso y al filo de la prórroga hasta el final. El United sigue en la carrera por el título.