Todo lo que iba a salir mal salió así en Atalanta, que cayó 1-2 contra Cagliari y se comprometió en la zona de clasificación a Champions League.
Atalanta, como es tradición jugando de local, salió a arrollar a un Cagliari refugiado, que sufrió llegadas de Pasalic, de Muriel (desviado) y de Pessina (al travesaño pero en fuera de lugar) en esos primeros 15 minutos.
Pero aguantó, llegó hasta la media hora incluso con un remate de Pereiro a los 37, pero sin duda eran más claros los dueños de casa con la sociedad Malinovskyi-Freuler, que llegó a tener tres llegadas aunque con poca claridad en la última puntada. El primer tiempo acabó sin opciones claras para Muriel y era absolutamente inusual el partido para Atalanta, que sumaba tres juegos sin celebraciones.
El castigo a esa ineficacia llegaría a los 49 cuando Gastón Pereira capitalizaba la primera llegada real de Cagliari y en la siguiente jugada, la oscuridad total: salió el arquero Musso a cortar la llagada de 20 y el árbitro le mostraba la tarjeta roja por tratarse del último hombre, lo que protestó Atalanta sin lograr que la decisión cambiara.
Con diez y a remontar: todo en contra del equipo de Gasperini, que tenía a Duván Zapata en el banquillo y a los 57 ya apostaba por él, en reemplazo de Muriel... como es tradición.
A los 64 ya daba resultado el ajuste pues un remate del vallecaucano obligaba a que el portero dejara el rebote y ahí aparecía Palomino para meterla de cabeza y celebrar el 1-1. Lo raro es que salió del campo de nuevo, sin razón aparente.
Parecía que se recuperaba Atalanta pero no, pues los diez hombres se notaban cuando a los 68 metía Bellanova un contragolpe letal, que otra vez l quedó al gran remate cruzado de Pereiro, el mejor de la cancha y el autor del doblete para el 1-2. ¡Increíble!
Atalanta sumó su tercer partido sin victorias y el gol empezó a ser un lío. Ahora está cuarto en la tabla de la Serie A pero a un solo punto de Juventus.