Al que le van a dar, le guardan. Eso le pasó a la Selección Colombia femenina que es finalista del Mundial Sub-17 de la FIFA y que disputará el título contra España el próximo domingo 30 de octubre.
Hoy el país habla de Linda Caicedo, de Luis Agudelo, Juana Ortegón, Gabriela Rodríguez o Yésica Muñoz. Sin embargo, de no ser por los giros del destino, por las casualidades de la vida, estas jugadores no estarían tocando la gloria con la Selección.
Y no es que estemos simplificando la histórica actuación de Colombia en este Mundial y otorgarle el mérito al azar. Jamás. Pero el destino sí le permitió a esta generación, que dirige Carlos Paniagua, estar luchando por ser campeonas del mundo del fútbol femenino juvenil.
La primera gran casualidad que favoreció a este plantel se dio en 2020: para ese año estaba programado por la FIFA la organización de este Mundial Sub-17; sin embargo, la pandemia obligó a suspender esta y todas las competiciones, así que se decidió postergar dos años la realización de la Copa Mundo.
Las llamadas a competir eran otras jugadoras, encabezadas por Yisela Robledo, Ingrid Guerra, María Camila Reyes, Mariana Muñoz y otras futbolistas que hoy hacen parte del proceso Sub-20, subcampeón en el pasado Sudamericano de Chile y cuartofinalistas en el Mundial de Costa Rica.
El otro golpe del destino fue hace un par de meses: el 15 de agosto de 2022, la FIFA anunció una sanción a la Federación de India debido a una injerencia indebida por parte de terceros, lo que constituye una infracción grave de sus Estatutos.
La amenaza fue de no realizar el actual Mundial, del 11 al 30 de octubre, y se especuló con un cambio de sede. Sin embargo, todo se arregló y Colombia hoy está haciendo historia.