En tiempos en los que se habla de la crisis de la Selección Colombia, que está ad portas de la eliminación del Mundial de Catar 2022, las culpas van y vienen entre el técnico Reinaldo Rueda, la nómina de jugadores y los directivos... ¡momento! No, ellos no. Según Álvaro González Alzate, presidente de Difútbol y miembro más antiguo del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), ellos no tienen culpa de nada.
"¿Qué tienen que ver los resultados deportivos de la Selección con la integridad, el periodo o la estabilidad del órgano de administración de la Federación?. El actual Comité Ejecutivo ha entregado todo lo que el cuerpo técnico y los jugadores de la Selección han solicitado. El Comité siempre le ha cumplido a la Selección con todas las garantías y el apoyo económico, administrativo y logístico que la Selección ha solicitado. Nada se les ha negado. Si esto no fuera así, entonces sí podríamos pensar en una responsabilidad compartida con el cuerpo técnico y jugadores por unos malos resultados", dijo en entrevista con el diario La Patria.
"Hoy los directivos estamos tranquilos porque con la pregunta que usted me acaba de hacer, ratifico lo que siempre he pensado: que cuando el equipo gana, los estímulos y las felicitaciones sobran para el cuerpo técnico y para los jugadores; pero cuando pierde, los directos responsables somos los directivos, como si nos hubieran visto dentro del terreno de juego ejecutando un tiro penal, o un saque de banda o un tiro de esquina. Así son las cosas", añadió.
El próximo mes se reelegirán todos en sus cargos del Comité Ejecutivo de la FCF y claramente lo último que había que esperar es que aceptaran un error. Nadie quiere más ruido...
Pero no fue lo único de lo que habló González. Según él, no hubo 'cajón' de jugadores a Carlos Queiroz en Quito: "para nada. Nunca en ninguna reunión ni oficial ni extraoficial se ha tocado ese tema. El profesor Queiroz, luego de los catastróficos resultados en las dos primeras fechas de la Eliminatoria para Catar 2022, se ausentó totalmente del Comité Ejecutivo y sin que nadie se lo exigiera presentó su renuncia ante el presidente de la Federación. Y como era de esperarse, pues se le aceptó". ¿Y entonces por qué se indemnizó con una cifra millonaria si fue él quien decidió renunciar? Ah no, claro. Este no es momento de reconocer nada. De hecho ese momento no es nunca.
Más polémico aún fue el comentario sobre la salida de José Pékerman, especialmente viniendo de él, su más obsesivo opositor en la FCF: "Al profesor Pékerman nunca se le pidió la renuncia. El día que se venció su contrato, él le expreso al presidente su deseo de retirarse, y el Comité sin ninguna controversia ni discusión alguna le aceptó su propuesta. Esto es la que realmente sucedió. Todo lo que se diga adicional al tema, es especulación", dijo. Pasaron los años y en una entrevista que dio el propio DT a un medio argentino reconoció que quería quedarse. En fin. El reino de la versión incomprobable.
Lo cierto es que Colombia está a punto de coronar una pobre campaña en las Eliminatorias a Catar 2022 pero los que eligen a los entrenadores y luego los destituyen, por la razón que sea, no tienen culpa alguna y el premio es la reelección indefinida en sus cargos de poder. Se les advirtió: ¿querían autocrítica? ¡No esperen tanto!