Falta poco. La Selección Colombia ya está en los preparativos de su estreno en las Eliminatorias al Mundial de 2026 y cada detalle cuenta para no pasar sustos contra Venezuela, el 7 de septiembre, ni Chile, el 12.
El grupo se completará este lunes y será momento de divulgar el plan de Néstor Lorenzo y su cuerpo técnico para dos salidas que deben sellarse con las victorias que den confianza y respaldo al proceso. La de Barranquilla, este jueves, es absolutamente necesaria.
Sin duda, se entenderá en el campo el listado, que para muchos tiene un par de gruesos peros, y se responderá a una duda entre muchas otras: ¿por qué y para qué ha llegado Richard Ríos al equipo nacional?
El nombre a muchos les resulta poco familiar. Pero no es, ni mucho menos, un palo en la convocatoria. Es todo lo contrario.
El volante de Palmeiras, de estelar momento en Brasil, es una pieza clave para lo que ha ido consolidándose como la base del proyecto Lorenzo: una decidida apuesta por el fútbol ofensivo.
Esta es la segunda vez que se vestirá de amarillo pues antes fue parte de otro combinado nacional, el de futsal que participó en el Sudamericano Sub 20 en 2018. ¿También a usted le da buena espina esa procedencia pensando en el ataque nacional? Quédese que se pone mejor: sobre esa base de gambeta y media distancia, Ríos ya es una de las estrellas de Palmeiras, semifinalista de Copa Libertadores y segundo en el Brasileirao. En el fútbol ha sumado a sus virtudes la potencia en el duelo directo, en el que es muy fuerte.
Con él se empieza a pensar en una renovación del medio campo colombiano pues, a sus 23 años, garantiza recambio, marca y buen pase, eso que tanto se ha esperado de Matheus Uribe, ahora en un fútbol de segundo nivel como el de Catar.
Se espera que veteranos como James Rodríguez o Juan Fernando Quintero, el que sea que prefiera Lorenzo, encuentren en él un socio en quien puedan apoyarse: su pase corto preciso y el cambio de ritmo que ya no tienen los veteranos es una invitación total a la ilusión. Si en el camino se encuentra con Carrascal y su enganche letal, eso es vértigo puro, proyección, fuego en el ataque nacional...
Un camino de dificultades
La historia de Ríos es, como el de tantas glorias del deporte nacional, una lucha diaria contra el obstáculo, la dificultad y hasta el infortunio.
Nació en Vegachí, Antioquia, el 2 de junio del 2000. Su carrera, que había empezado en el futsal, no atrajo la atención de ningún club local pero sí del poderoso Flamengo, que en 2020 se lo llevó para darle proyección a su carrera.
Fue cedido Mazatlán de México, donde jugó solo 6 partidos antes de sufrir una delicada lesión de rodilla que lo marginó siete meses de las canchas. Pero se recuperó, rescindió contrato con Flamengo, recuperó confianza en el Guaraní de Paraguay y entonces lo vio Palmeiras.
Allí suma 36 partidos y 3 goles y es un jugador indiscutible en el esquema de Abel Ferreira. Así, sin ayuda de nadie, se puso él solito en el radar de la Selección Colombia. Ahora espera hacer que en su país empiecen a reconocer su nombre. Si todo va bien para él, irá bien para su país.