Gustavo Cuellar fue uno de los destacados en Colombia, luego del triunfo contra Bolivia 3 a 0. Seguridad, dando el equilibrio necesario, en medio de un esquema ultraofensivo y del resguardo de los del altiplano.
Rueda cambió, respecto a lo que venía proponiendo en Colombia. No solo por los cambios realizados, sino por el cambio en la formación. Dejó en el banco a uno de sus habituales, a Wilmar Barrios, que era el jugador de corte en la zona medular.
El esquema fue un 4-3-3, con Cuellar, James y Cuadrado en esta zona de la mitad. Un esquema netamente ofensivo, teniendo en cuenta que la necesidad era de hacer goles, para conseguir la victoria y mejorar el ítem de la diferencia de tantos.
La vocación fue ultra ofensiva, jugando con las líneas completamente adelantadas. Desde el vamos, los centrales se posicionaron cerca de la mitad del campo. Allí, Cuellar quedó como libero, ubicándose entre ellos dos, para ser la opción de pase y abrir para que Cuadrado y James, que se encontraban más proyectados, fueran los encargados de darle circulación a la pelota.
En el caso del ‘vikingo’ fue fundamental para que estos dos anteriores pudieran salir sin problema, dejando espacios que podían ser peligrosos, en caso de perder la posesión.
Cuellar tuvo un total de 95% de precisión en los pases, siempre ubicándose entre la mitad de la cancha y el sector de la mitad, siempre encargándose de cortar las pelotas en recuperación, pero, con la labor de aportar con la pelota hacia adelante.
_7.png)
