¿Es posible un partido poco vistoso con 5 goles? Lo confirmaron Everton y Wolverhampton en la Premier League, en el triunfo 3-2 de los 'Toffees'.
Un duelo con más errores que jugadas desequilibrantes se vivió en Goodison Park, donde el colombiano Yerry Mina completó un partido más consolidándose como titular en su equipo.
El duelo comenzó con una confusión entre el portero Rui Patricio y su zaguero, que logró puntear Kean para que de atrás apareciera Richarlison y adelantara al local apenas a los 5 minutos.
Sin embargo, a los 9 minutos un error craso de Andre Gomes en el lateral permitió que Traore ganara el duelo personal y metiera el centro que Saiss aprovechó para el 1-1 parcial.
A los 12 minutos llegó una de las pocas jugadas de talento, una gran jugada entre Richarlison e Iwobi que capitalizó este último, de frente al arco. De nuevo el local estaba arriba 2-1.
Las revoluciones bajaron, no hubo mayores acciones de peligro en las áreas y solo al minuto 74 se rompió el tedio, cuando, a la salida de un saque de banda, apareció de nuevo el error: el cabezazo se filtró entre Mina y uno de sus compañeros y Digne no pudo contener la potencia de Jiménez, quien volvió a igualar el encuentro 2-2.
Por suerte para Everton, al 80 también falló la zaga del Wolverhampton y Richarlison se avivó para ganar el cabezazo en pleno centro del área y decretar el 3-2 definitivo.
Al 81 pudo firmar el triplete el brasileño pero voló Rui Patricio para defender su puerta. Habría sido una de las jugadas más espectaculares del juego de no ser por la gran jugada de Mina que encumbró al arquero: minuto 86 de juego, cobro de tiro de esquina de Sigurdsson preciso a la cabeza del colombiano, movimiento de cuerpo y cabezazo perfectos al piso, pero de puro reflejo sacó la pelota de la raya el portero portugués.