Hablemos de Ferney Trujillo. Hablemos de esa maravillosa idea de transformar el juego en ley, porque hay árbitros que parecen obsesionados más con cumplir con los códigos escritos a rajatabla, antes que permitirse un poco de distracción y divertimento, hecho que pusieron en el campo tanto Santa Fe como Bucaramanga en el muy interesante duelo que cerró el lunes festivo.
El juez de línea, si no estoy mal, empezó a torearlo hablando de las medias y Trujillo cayó en su propia trampa de hacer una tarea responsable dentro de la cancha. Entonces llamó a Christian Blanco del Bucaramanga, a Pacho Meza, a Carlos Sánchez y a Jersson David González para advertirles que si no se cambiaban las medias, el partido no iba a continuar. Más allá de que era evidente y un despropósito pensar que los calcetines de búcaros y rojos se iban a confundir, el réferi los inquirió por esa media-media que iba debajo de las medias normales. Se trataba de unos calcetines blancos en los cuatro casos que debían ser cambiados y reemplazados por otros del mismo color.
Difícil pensar en tremendo Sherlock Holmes de la minucia en cualquier lugar del universo conocido. Incluso del Universo Marvel. Por cuenta de esa idea terca de Trujillo -imagina uno que con el discurso medio manido de que el árbitro se tiene que hacer respetar desde el minuto 1- los protagonistas de un juego común y corriente debieron poner a trabajar a los utileros con el único propósito de dar valía a la uniformidad. Nada más que eso se estaba respetando en el Estadio El Campín.
Por cuenta de eso el choque se atrasó cerca de 10 minutos porque no solamente el asunto fue eliminar de tajo cualquier vestigio multicolor en el terreno de juego. Además ante la demora, los 22 jugadores debieron tratar de calentar en medio del frío y de volverse a conectar al asunto de tener que ganarle al otro. Una de esas pérdidas de tiempo estériles e inútiles y que habla no solamente del desastre de nivel en el arbitraje nacional, sino también en las presiones de los réferis por no caer en la trampa de ser los criticados del día.
Porque, por cuenta del VAR -ese que en el partido Cali-Nacional no existió (al menos en cuanto a la saludable toma de decisiones y que perjudicó a Hinestroza), los hombres de negro están más expuestos a cualquier detalle, así sea ínfimo y pareciera que, para no vivir jornadas agitadas, están exagerando hasta en eso de repartir algo de sentido común a la causa.
No quisiera ser un cristiano al que se le llevaron el carro a los patios de tránsito y que en la ventanilla para sacarlo estuviera Ferney Trujillo, que se comportó ayer más como un funcionario que como un juez.