Estamos en la B

Opinión de Nicolás Samper sobre posibles amaños en fútbol colombiano.

Nicolás Samper

Columnista Futbolred

Foto: A. particular

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16 de mayo 2023 , 10:39 a. m.

Es curioso que no sea todavía titular de primera página hoy, las declaraciones del entrenador de Boca Juniors de Cali, Alejandro Guerrero. El DT en rueda de prensa salió a hablar después de la derrota de su club ante el Quindío -un tradicional muy venido a menos en el fútbol nacional y que pudo clasificarse a las finales de la B- y dijo que no importaba ser el mejor o el peor técnico del mundo si es que había que salir al campo a jugar con futbolistas que accedieron a arreglar partidos. Y tiene razón.

Hacía referencia a varios integrantes de la plantilla del club que actualmente dirige. Incluso comentó que seis meses atrás uno de los futbolistas que hacía parte de la institución había sido castigado con anterioridad por ese motivo. Entonces que, a la luz de la verdad, para él el asunto resultaba incontrolable. Boca Juniors en la tabla de la segunda división en Colombia hizo una campaña poco menos que paupérrima: ganó dos partidos, empató seis y perdió en ocho oportunidades, siendo penúltimo y siendo únicamente superado por el Atlético de Cali, colero absoluto.


Y de inmediato, cuando Guerrero decidió hablar, fue imposible no imaginar aquellas palabras que también pronunciara en una conferencia de prensa Giovanni Hernñandez. El gran 10 que jugó en América, Cali, Colo Colo y Colón entre otros clubes, reclamó airadamente ciertas sospechas que le generó el rendimiento de los jugadores de Atlético de Cali al caer 1-3 ante Llaneros. Giovanni expresó en ese momento que “No me gustan los equipos que se abren de piernas. Estoy mirando qué es lo que sucedió, este no es el equipo, algo pasó, algo sucedió, no sé si de afuera o de adentro” para concluir con un señalamiento indirecto sobre las apuestas en el fútbol colombiano.


Y Llaneros, señalado en ese instante, después dejó para la posteridad su defensa flácida y estática en el momento de la definición por el ascenso, con los dos goles increíbles que recibió de Unión Magdalena, finalmente el que se llevó el cupo para estar de nuevo en la A.


La Fiscalía (que decidió archivar el famoso caso Llaneros-Unión) tendría que volver a inspeccionar un lugar en el que poco se transita y es el sendero sinuoso de la segunda división en Colombia, porque además el asunto no es de hoy: basta recordar la carrera por el ascenso entre Cúcuta, Alianza Petrolera, Real Cartagena y Valledupar que incluyó como postal que el Valledupar recibiera cinco goles en ocho minutos para conseguir el cupo a la final.

En la B las cosas huelen mal hace mucho tiempo y nadie les echa mano.

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