El amor después del amor

Opinión de Julián Capera sobre James Rodríguez, figura de Colombia en Copa América.

Corresponsal Futbolred
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12 de julio 2024 , 10:27 a. m.

Ella reclama furiosa y él la manda a callar. Parece la triste escena final de un amor de más de una década que los hizo tocar el cielo con las manos. Basta acercarse un poco para escuchar los insultos en doble dirección. Atrás parece haber quedado el tiempo en el que ella se derretía por él y le juraba eterna lealtad mientras coreaba su nombre a todo pulmón, a todo corazón. Hoy lo chifla, lo insulta y hasta cerveza le lanza. Él simplemente no lo puede creer.

El amor después del amor


“Nos van a pitar ahora, la puta que los parió... ¡Desagradecidos de mierda!”. Es el grito desgarrado de James Rodríguez mientras arrastra su cuerpo cansado y su alma herida hasta el camerino. La Selección Colombia acaba de perder contra Perú en casa y está prácticamente sentenciada a no ir al Mundial de Catar.

Pero no era la primera crisis. Apenas algunos meses antes, James se había quedado afuera de la Copa América 2021 por decisión del entrenador Reinaldo Rueda quien dijo que para conformar la Selección había que estar al 500% (haciendo clara alusión a las lesiones y la poca continuidad del volante en sus clubes).

El futbolista respondió con un comunicado en el que aclaraba su condición física y posteriormente con un ‘live’ de Instagram en el que desahogó toda su frustración. A muchos hinchas les cayó mal el gesto, sobre todo por el momento en el que lo hizo (a un día del debut de Colombia en ese campeonato).

Sin embargo, a pesar de todas las tensiones, James siempre decidió estar. Abrazado al recuerdo de los días felices -como los del Mundial de Brasil 2014 donde fue el goleador, guiando a la Selección hasta una instancia que nunca había disputado- y con la firme convicción que esa gloria habría de regresar. “Jugando hasta cojo”, como dijo alguna vez.

Más allá de sus pasos complejos por los últimos clubes donde ha estado, su versión en Selección (incluso cuando no logró ser la más brillante) siempre fue diferente. Y a veces, una cosa ha tenido que ver con la otra. En más de una ocasión, James tuvo peleas con sus entrenadores de clubes por viajar a concentración nacional cuando ellos querían que se quedara recuperándose. Colombia es el amor de su vida, y a pesar de todo, nunca aceptó la idea de hacer maletas y verla hacer su vida sin él.

James la mira – a través de la cámara-, le va a decir algo, pero el corazón se sube hasta la garganta y el trancón de sentimientos le amarra la lengua. Infla las mejillas buscando aire y se arregla la banda de capitán tratando de ganar segundos. “Llevo casi trece años aquí”, logra decir antes de tener que volver a parar. “queriendo esto”, y de nuevo una exhalación profunda y nueva caricia a la cinta que con tanta dignidad porta. Se quiebra él y se quiebra ella. La hinchada entera de Colombia vuelve a entregarse al jugador más grande de su historia.

Tomados de la mano están ella y él. Esta patria tan maltratada, que tan amargamente ha llorado durante toda su historia; y el capitán de su equipo de fútbol que sueña al fin vestirla de oro con una corona de gloria que a solo noventa minutos se asoma.

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