Con el marcador 1-1 entre Barcelona y Real Madrid, en el minuto 60, una polémica jugada en el área del Barcelona, le dio la ventaja parcial al Real Madrid en el derbi.
Clément Lenglet sujetó de la camiseta a Sergio Ramos en un tiro de esquina, lo que causó la reacción del central español, que inmediatamente se tiró al piso, causando el desconcierto del árbitro, quien fue llamado por el VAR para revisar la jugada, y tras verla con calma, decretó la infracción y señaló el punto blanco. Sergio Ramos fue el encargado de cobrar, con potencia disparó al palo derecho de Neto y puso el 2-1.