No pasó tanto tiempo. Muchos recuerdan aun cuando Martin Braithwaite se convirtió en flamante refuerzo de FC Barcelona por una cifra cercana a los 18 millones de euros. Era la respuesta a la sucesión de lesiones de Dembelé y el paso por el quirófano de Luis Suárez.
El 20 de febrero pasado, el danés firmó un contrato por 4 años, con una cláusula de 300 millones de euros, y su sueño, tras ser una de las figuras del Leganés, apenas comenzaba.
Era un hecho que sólo podía disputar la Liga, no la Champions League, y aun así corrió el riesgo. Pero terminada la accidentada temporada local, el balance está lejos de lo pensado: tuvo minutos en 11 de los 14 partidos, solo cuatro veces fue titular y en 403 minutos marcó un gol. Y fue ante el descendido Mallorca.
Así que ya muchos empiezan a pensar en su salida, apenas cinco meses después de su aterrizaje. ¿Por qué? De nuevo, falta de protagonismo, como sucediera en el pasado con los colombianos Jeison Murillo y Yerry Mina.
FC Barcelona no quiere perder más tiempo viendo celebrar a Real Madrid y por eso apunta desde ahora a fichar, al costo que sea, para recuperar el prestigio perdido. Lautaro Mártínez, el hombre de los 120 millones de euros, asoma como prioridad. Pero desde Inglaterra se dice que Aubameynag también tiene el teléfono libre, a la espera de la llamada catalana... y no estaría de más, pues cuesta la mitad que el argentino, aunque tiene 30 años de edad.
Según el diario Mundo Deportivo, ya el agente del jugador se mueve en busca de ofertas, que deben cumplir al menos la cantidad invertida. Mal momento para tener prisa, justo cuando el mercado se nivela por lo bajo.
Es la historia de Mina: llegó por 11 millones y salió al Everton por 30. Lo de Murillo, quien fue en préstamo ya acabó en Celta no fue tan lucrativa.
Pero al final, es ya una práctica recurrente del equipo catalán, que ficha para vender y no siempre para usar el talento, aunque en el medio quede el sueño frustrado del futbolista.