Millonarios ya dejó atrás la página del duelo en Barranquilla, donde los de Gamero tuvieron una de las peores presentaciones en el tiempo reciente. La derrota contra Junior dejó bastantes incógnitas, pues la solidez del onceno, en partidos anteriores, contrarrestó con lo errático que se vieron en el Metropolitano.
Las complicaciones de salud, por el clima reciente en el país, no han caído bien en los embajadores. No es solo el no poder practicar en su sede, sino la afectación por los cuadros gripales que han llegado a las toldas embajadoras.
El entrenador, Alberto Gamero, explicó los problemas que han pasado, debido a los cuadros gripales que han salido en el plantel “El equipo no está diezmado. Tengo entendido que dijeron que contra Nacional se jugó con muchísimo ritmo, fue hace ocho días. En ese tiempo un equipo no se puede mermar. Hicimos un mal partido en Barranquilla, estoy buscando aspectos que influyan en que no se haya corrido bien allá”.
El equipo no está mal físicamente. Este es un equipo que, a pesar de no tener esa dinámica, la idea no se pierde. Fuimos a presionar, pero nos faltaba velocidad, precisión.
Destacó a sus dirigidos, al ser valientes por jugar, pese a las complicaciones de salud “Que no vaya a sonar excusa. Llinás viene de un fuerte cuadro gripal, jugó porque es verraco, al igual que Pereira. Larry Vásquez está con gripa, jugó porque es verraco. Son seres humanos. En Colombia y en el mundo se convencen que los jugadores ganan mucho, pero también se enferman, no es de burguesía o plata”.
“Ellos no entrenaron durante dos días, pero me manifestaron que se sentían bien para jugar. Los entiendo. Perlaza estaba con gripa, tenía que dejar tres jugadores. Llevé tres a Barranquilla a ver si se recuperaban, los otros los dejé” agregó.
A mí no me gusta perder, pero hay circunstancias donde el jugador no está. Ellos querían jugar y venían jugando. Son seres humanos. Ahora no es Covid, es una gripa que está dando, eso les cayó a algunos. Los he mermado. Por qué salió Llinás, me le tenía que arrodillarle y decirle que gracias, ya no podía. No estaba fuerte, no iba con la misma decisión de siempre.