Teófilo Gutiérrez no ha tenido paz en las últimas 24 horas: le anularon un gol, lo expulsaron por agredir aun rival, lo regañó públicamente su entrenador y encima lo dejó el avión. ¡Todo mal!
Así, precisamente, lo ha dejado claro en sus redes sociales, en las que ha salido a reconocer que se equivocó, pero con una excusa: tenía la cabeza caliente por un gol, que todavía hoy, le parece legal.
El barranquillero fue el centro de atención en la derrota de Junior por 1-0 contra Nacional, que estuvo marcada por desacuerdos con el arbitraje.
Así lo resumió el propio jugador: "el carácter no se construye con los pies, se desarrolla con la cabeza... mi cabeza se quedó con la injusticia del VAR al anular lo que justamente conseguimos con los pies. Lamento mucho lo ocurrido porque más que un equipo somos un cuerpo de jugadores y como cuerpo el error de un miembro afecta todo el cuerpo!!! Esto también lo superaremos saldremos victoriosos", dijo en una historia en Instagram.
Bien por él, que reconoce que le hizo daño al equipo y ofrece excusas. Pero mal porque, con su experiencia y si jerarquía, es el llamado a mantener la cabeza fría, muchos más cuando las cosas van mal y cuando todo el mundo sabe que el VAR está vigilante.
