Atlético Nacional despidió a su cuarto técnico en tres años, Juan Carlos Osorio y sus seis títulos obtenidos con el conjunto verdolaga no lograron el respaldo para aguantar un proyecto deportivo y luego de un año y cuatro meses, el segundo ciclo de Osorio y Nacional tuvo un triste final. A continuación, cinco causas del fracaso del risaraldense en esta segunda etapa.
La idea de juego
Osorio se obstinó en que su idea era la mejor y que el problema era que en el fútbol colombiano no lo dejaban competir. También planteó el hecho que en el fútbol ‘el equilibrio no existe’. Si bien en la parte ofensiva era un equipo que llegaba a gol, en defensa era débil y por más que buscó alternativas, ‘murió’ con su línea de tres y regalando espacios para que el contrario le atacara a placer. Nunca logró suplir la ausencia de Daniel Muñoz y el equipo perdió confiabilidad, especialmente cuando volvió el campeonato tras el confinamiento.
Rotaciones
En este Nacional se observa claramente quiénes son titulares y quienes son suplentes. De todos los jugadores del plantel, Andrés Andrade fue el único que jugó los 19 partidos de este 2020, siendo el hombre más desequilibrante y con mejor nivel en el equipo. Las rotaciones generaron que el equipo no agarrara la consistencia en su juego y hombres como Jarlan Barrera manifestaron su descontento de esta filosofía.
Rendimiento frente a los históricos
Solo a Independiente Medellín pudo derrotar Osorio durante esta nueva etapa, contra Millonarios perdió un invicto de cuatro años sin perder, con Deportivo Cali no pasó del empate, Junior le volvió a ganar a Nacional en el Atanasio tras poco más de una década, América volvió a superarlo desde su ascenso y por poco le gana en el Atanasio, con Santa Fe no pasó del empate en Liga, pese a que en la Copa lo logró eliminar.
Efecto Alberto Gamero
Como la Kryptonita con Superman, Alberto Gamero se le convirtió en el antídoto a Nacional tras el título de la Liga I-2018 con el Deportes Tolima. El samario tiene una paternidad sobre el conjunto antioqueño y Juan Carlos Osorio más allá de haberle ganado un partido, no logró descifrarlo. Junto a Osorio, el fin del ciclo con Jorge Almirón tuvo mucho que ver esa final perdida con el ‘pijao’.
Mala conformación de la nómina
No hubo una compensación del equipo y la partida de Daniel Muñoz agravaron los problemas. Faltaban jugadores desequilibrantes por banda, un central confiable por izquierda y de todo el plantel no había un líder que ordenara al equipo en el terreno de juego. Al ser un equipo medianamente joven, los errores aumentaron por no tener quien guiara y respaldara la idea de juego. Muchas veces la cinta de capitán en algunos jugadores era algo decorativo.
Juan Camilo Álvarez Serrano
Corresponsal FUTBOLRED
Medellín
En twitter: @juanchoserran8