La felicidad de James Rodríguez no pasa solo por el título de LaLiga con Real Madrid. Toda la culpa es de su hija Salomé.
La niña viajó con su mamá, Daniela Ospina, para reencontrarse con su papá, después de seis meses alejada de él por las restricciones a los viajes internacionales.
Y ambos lo celebraron como a ella le gusta ¡bailando!
James mostró toda su felicidad por estar con su hija mayor y hay que decir que intentó seguirle el paso... pero ella es una experta total...