Luis Fernando Montoya, el hombre que le dio al Once Caldas la más grande alegría con el título de la Copa Libertadores 2004, sigue esperando que el club le cumpla. Una historia de no creer.
Desde la finca donde reside hace años, tras el disparo que lo dejó postrado, el entrenador lamentó que después del acuerdo que hizo con el club en 2006 para finalizar su vínculo, todavía siga esperando: "A los directivos actuales les ha faltado altura", dijo en charla con el diario La Patria de Manizales.
"Esto es muy maluco. En el último contacto que tuvimos, nos dijeron que esa deuda la podían cobrar los hijos de los hijos de mi hijo y eso dice que no hay nada de qué hablar. Estoy tranquilo porque le respondí al Once Caldas, al departamento y a la ciudad", explicó.
A la pregunta directa sobre si cree que morirá antes de recibir su pago, simplemente respondió: "no tanto que me muera yo, sino que quién sabe si los hijos de mi hijo cobrarán eso".
La Patria explicó que Montoya recibió una liquidación en diciembre de 2004 pero él pidió que se le pagara lo que devengaba: $1 millón 328 mil pesos de salario, y $13 millones 672 mil pesos por gastos de representación, premios y bonificaciones. Vale mencionar que una demanda muy parecida de parte de Jorge Agudelo, otro campeón de Copa, le costó al club 700 millones de pesos.
"Como hubo conciliación, el Club compró el seguro para garantizar los estudios universitarios para José Fernando, su hijo; firmaron un contrato de prestación de servicios por $3 millones 500 mil mensuales durante dos años y un partido de fútbol, cuyo recaudo sería para el profe Montoya", dijo la fuente, que añadió que el club no quiso pronunciarse sobre el caso.