Desde que se paró el fútbol en el mundo, el atacante coreano Heung-min Son decidió ponerse a disposición de su país y pagar una deuda que tenía: completar el servicio militar. Sin embargo, a causa de la cuarentena por el coronavirus el atacante del Tottenham Hotspur está aislado junto a sus padres, así que hasta el 20 de abril se presentaría ante el ejército.
Luego de salir de su casa paterna, Son tendrá que pasar por varias pruebas, unas más exigentes que otras, y completar por lo menos tres semanas de servicio militar. El primer sacrificio del delantero será en su estilo, pues tendrá que quitarse el pelo y quedar rapado.
Pero eso no es nada, pues las pruebas militares serán duras y a Son no le hará falta pretemporada, pues llegará fuerte a Inglaterra cuando vuelva la Premier League, y más bien le hará falta descanso.
Y es que así sea una estrella de la selección surcoreana, Heung-min Son pasará trabajos como cualquier ciudadano coreano, cuando se incorpore a la base militar de la isla de Jeju. Allí recibirá su uniforme y un equipo de campaña que pesa 40 kilos; así tendrá que soportar caminatas de 30 kilómetros.
Además, Son tendrá que exponerse a entrenamientos químicos en una cámara de gases lacrimógenos. Asimismo, estará en simulacros de guerra, con armas de fuego, y en pruebas de tiro.
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