Junior sacó su mejor cara este jueves en la Copa Suramericana y venció 0-2 a Santa Fe en el juego de ida de la semifinal. El cuadro barranquillero no se dejó contagiar del caos de la capital y desde los primeros minutos mostró serenidad en el campo, la misma que le faltó en el partido contra Defensa y Justicia, en la fase anterior. Julio Comesaña fue el gran artífice del triunfo en Bogotá y estas son las claves de ese buen paso hacia la final.
1. Soberbio partido de Teófilo. Cuando el equipo necesito de la experiencia, el manejo de los tiempos y la definición, ahí estuvo el hombre que acapara la atención en el club barranquillero. No fue sólo saber leer los tiempos, fue también administrar su talento y usarlo en el momento justo para el KO. Teo en su máxima expresión.
2. El partidazo de Jarlan Barrera. Ver en la cancha al joven talento del equipo tiburón era un motivo de felicidad para Comesaña. Y vaya que lo demostró el pupilo: desmarque, velocidad, picardía para la asociación y la magia que hacía falta para dejar la serie casi sentenciada.
3. Ejemplar tarea de marca. Lo de Cantillo y Narváez en el medio fue de cátedra: cerraron cada espacio, aislaron a los posibles hombres del pase para Wilson Morelo, redujeron a Luis Manuel Seijas casi hasta la desaparición y en la altura lucieron como locales. Junto a Marlon Piedrahita, a quien le alcanzó para apuntarse un golazo, y Fuentes por los costados, cerraron los accesos a su terreno y congelaron las ideas del rival.
4. Ambición. Cuando se esperaba que Júnior saliera en El Campin a defender el cero, el equipo barranquillero llegó al frío Bogotá armado hasta los dientes, atacando con Jarlan, Teo, James Sánchez y Luis Díaz y apostando a lo que en el fútbol es ley: la mejor defensa es el ataque.
