Este jueves, mientras Colombia se jugaba el futuro en las Eliminatorias a Catar 2022 contra Perú, la concentración de Brasil era, literalmente, un hervidero.
El propio entrenador dijo en la rueda de prensa previa al duelo de este viernes contra Ecuador que había tenido que ir sin su capitán, Casemiro, por el intenso pulso que libra la plantilla con el presidente de la Confederación Brasileña, Rogerio Caboclo debido a la realización de la Copa América en ese país.
El periodista brasileño del Diario AS, Fernando Kallá, informó desde Madrid los detalles de un motín que tiene en vilo la realización del torneo, pues los propios protagonistas estarían decidido a boicotearlo.
"Los jugadores se sintieron traicionados y utilizados por la directiva de la CBF, en especial su presidente Rogerio Caboclo. Sintieron que se les había expuesto a una situación en la que ellos serían vistos como insensibles ante la crisis sanitaria que su país vive, con casi 500.000 muertos, para jugar una competición que les parece totalmente innecesaria: esta sería la cuarta Copa América de los últimos seis años", dijo.
Explica además que la reunión entre el dirigente y los jugadores no hizo más que radicalizar las posiciones y acabó en que Caboclo amenazó con echar a Juninho Paulista, coordinador de la selección, por no evitar el levantamiento de los futbolistas. Vale mencionar que tanto Tite como el mencionado Juninho apoyan los reclamos de los jugadores.
La situación es crítica para Caboclo, quien entiende que no puede obligar a los internacionales a jugar y que para Conmebol un nuevo cambio de sede sería nefasto. Eso por no mencionar que enfrenta un escándalo, denunciado por O Globo, por presunto acoso a una trabajadora de la CBF.
En el intermedio algunos señalan desde Brasil que a Neymar, por ejemplo, le interesa que no se juegue porque quisiera estar en los Juegos Olímpicos y a otros más les gustaría descansar tras una temporada muy difícil.
Lo concreto es que los jugadores de Brasil no hablarán hasta el final de la doble jornada de las Eliminatorias, como pactaron con su cuerpo técnico, pero ahora el gran temor es que esa insurrección se contagie a otras selecciones y el 'masivo' respaldo que recibió el torneo, el cual debería empezar en 9 días, quede en nada. Ya dejaron claras sus posiciones Godín y Muslera de Uruguay, Cuadrado de Colombia, hasta Agüero de Argentina. ¿Qué haría la Conmebol si las estrellas deciden no jugar? ¿Alguien vio venir ese escenario? El pánico por las millonarias pérdidas es total.