De todas las posiciones de la cancha, la del arquero debe ser la que más requisitos requiere: altura, destreza, potencia, fuerza en todas las extremidades, trabajo en las articulaciones, precisión, cabeza fría, voz de mando, cuero duro para recibir la crítica, ingenio para celebrar solo, resignación, confianza... y esa última sí que es vital.
El portero que entiende su potencial pero también sus limitaciones, que encuentra cómo compensarlas y se apoya en los suyos para minimizarlas, ese es el arquero que hace que los técnicos se vayan tranquilos cada noche a la cama. "Deme un arquero y un goleador y soy campeón", decía hace años Fernando 'Pecoso' Castro en su sabiduría.
Y de eso sí que sabe Colombia, que lleva 14 de sus 31 años de edad brindando seguridad bajo los tres palos. No fue siempre fácil. De 18 años ya era indiscutible en Atlético Nacional, nada menos, y desde allí dio el salto para mantenerse en tres las cinco grandes ligas, siempre paciente ante la adversidad, siempre seguro, siempre bueno.
Ospina vio cómo su buen momento en el Napoli se frenó de repente por culpa del coronavirus covid-19. Pero antes ya se había ganado el lugar, por encima del local y joven promesa de Meret, porque a veces más sabe el diablo por viejo... Es lo que vio Genaro Gattuso, uno de tantos italianos a los que los colombianos llevamos en el corazón.
El arquero antioqueño se quedó en Napoli, tras la cesión del Arsenal porque Ancelotti lo pidió así, pero luego quiso darle el mismo rol del que escapaba el eficiente portero en Londres y la ilusión se fue convirtiendo en decepción. Pero vino Gattuso, su afán de tener veteranos que ganen las cosas importantes, y la actitud de trabajo de siempre del colombiano, que lo hizo titular fijo.
Antes de la pandemia, Ospina sumaba 11 partidos en la Serie A 2019-2020 con Napoli. Son apenas 6 partidos menos que los que tenía en 2018/2019, cuando huyo del Arsenal, harto de calentar el banquillo. Es más: sumados con la pasada temporada son 28 encuentros, solo uno menos de los que disputó con Arsenal en Premier League entre 2014 y 2018 (29).
Está lejos de ese protagonismo entre 2009 y 2012, cuando Nice de Francia no dudaba a la hora de darle la titular y hasta la cinta de capitán, aquella dulce época en la que Colombia avanzaba hacia la clasificación al Mundial de Brasil, de su mano y la de Falcao.
Pero volvamos a Napoli. Hoy, Ospina promedia 2,4 atajadas por partido con su club en la Serie A 2019-2020, que es su tercer registro más bajo en una temporada en liga desde su arribo a Europa, pero está cerca del promedio de 3,0 que tuvo en Niza entre 2008 y 2011, cuando le daban más confianza. Cierto es que su mejor marca fue un 4,3 de promedio con Arsenal enre 2015 y 2016, pero es que jugó solo 4 partidos. Los números, que casi siempre pueden decir lo que tú estás pensando...
Y aquí van más estadísticas: el antioqueño ha tapado el 66,7 por ciento de los remates que fueron a su arco en la Serie A 2019-2020; que no está lejos del 80,3 por ciento en Nice en su última temporada. Solo una vez tuvo menor porcentaje en liga y fue en 2016-2017, con Arsenal (50%).
Su mayor porcentaje de atajadas en liga en una temporada fue en 2014-2015, con Arsenal; atajó el 82,5% de los 57 tiros al arco que recibió (47/57).
El día que cerró bocas en Italia fue en aquel duelo contra Lecce, en la derrota 2-3 de Napoli, cuando todos recuerdan que cedió un rebote a los 29 minutos en su primer partido de vuelta a la titular, pero él no olvida que fue su juego con mayor cantidad de atajadas en la Serie A 2019-2020, cuando tapó siete de los 10 remates sobre su arco.
Sí, hay que aceitar la máquina defensiva pues mantuvo su valla invicta en solo dos juegos en la actual campaña con Napoli en Serie A; la primera vez en noviembre de 2019 cuando empataron 0-0 contra Genoa y luego en febrero de 2020, en la victoria 1-0 vs. Cagliari. Y era este el momento de hacerlo, con los entrenamientos, las repeticiones, las acciones de juego que no ocurren y no ocurrirán en casi dos meses de cuarentena en Italia, uno de los países más afectados por la pandemia.
Pero Ospina ha demostrado que sabe esperar, comparte videos de su trabajo en casa y el talento está ahí, intacto... esperando por un voto de confianza que ojalá vuelva, cuando toda esta pesadilla termine.