Real Madrid es especialista en derribar campeones vigentes de Champions League. No importa cuándo lo leas, pero si lo lees ahora, recuerda que, cada vez que lo logró, terminó coronándose campeón a mitad de año.
No es un detalle menor ahora que se juzga la victoria 1-3 del equipo de Ancelotti en casa del Chelsea, el campeón defensor del título en el más prestigioso torneo de clubes del mundo, en otra noche redonda de Mister Benzema, autor de un triplete.
El Madrid fue paciente y no corrió demasiados riesgos. Esperó y atacó cuando supo que sería letal. Y quién sino Benzema, no solo para proponer la pared y poner a correr a Vinicius Jr por la banda, sino para aparecer sorprendentemente solo y conectar un cabezazo que fue casi un desafío a la física, con la potencia y la velocidad necesarias para dejar sin reacción a Mendy y adelantar al Real Madrid a los 20 minutos.
Nada aprendieron los zagueros del Chelsea pues solo tres minutos después le sirvió un centro impecable para que otra vez apareciera el francés entre Thiago Silva y Christensen para celebrar el segundo tanto. La intensa lluvia cegaba solo a los dueños de casa en Stamford Bridge... quién lo diría.
Pero amainó el aguacero y fueron aclarándose las ideas de los locales, que antes del descanso lograron el gol de la ilusión: una sutileza inventó Jorginho para la cabeza de Havertz y ahora la distancia era de 1-2.
Llegó el complemento y el plan de los locales era furia pura contra el arco de Courtois, pero parece que nadie le contó al arquero Mendy: en una salida insulsa, apenas al minuto 46, le dejó un servicio corto a un tal Benzema y eso siempre termina en sacar la pelota del fondo del arco. Triplete del mago del Madrid, el que todo lo que toca lo convierte en gol, y felicidad total en la casa blanca, que se mudó a la tribuna de Stamford Bridge.
Y quisieron los de azul seguir firmes en su plan pero era muy larga otra vez la ventaja y ya ni Tuchel maldecía como en el inicio del juego. El cansancio hizo lo suyo, más allá de los intentos de Lukaku (se lo negó Courtois un gol casi hecho de cabeza), James o el propio Havertz y al goleador lo sacaron a 5 minutos del final, para darle paso a Bale. ¡Sí, jugó vestido de blanco! No es un detalle menor.
Y así se fueron de vuelta los de Ancelotti a Madrid con 3 puntos y dos goles de ventaja en la bolsa, mientras Chelsea se cansó de luchar y correr sin premio. La próxima semana se sabrá qué tan definitivo fue el gran golpe de autoridad en Londres. Por ahora parece un golpe de K.O.