Desviando un poco la vista de las casas que rodean el edificio religioso contruido en 1958 por la comunidad griega ortodoxa de la ciudad, el padre Georges Vakonakis puede entrever el césped del estadio.
"¡Es cierto! Es una gran alegría recibir a Grecia aquí", confiesa el sacerdote. Tras catorce años de misiones en África, en Camerún en particular, el padre Vakonakis llegó a Sudáfrica hace seis, y no esperaba encontrarse con la selección nacional tan pronto.
"Es la primera vez que voy a verla (...) Voy a rezar por ellos, pero no creo que el equipo venga a visitar mi iglesia porque Otto Rehhagel (el entrenador alemán de Grecia) es demasiado estricto", pero él sí irá a verlos al estadio junto a otros 7.000 seguidores helenos. "Estoy seguro de que Grecia ganará 2-0", añade.
En su barrio, son numerosos los vecinos que esperan el mismo resultado, puesto que se trata de un pequeño trozo de Grecia muy alejado de Atenas, que en su época de oro llegó a tener hasta 4.000 residentes.
A unos centenares de metros a vuelo de pájaro, en el interior mismo del estadio, Archie Charalambous es uno de los más eminentes representantes de esta comunidad.
"Actualmente quedan una 300 familias griegas, unas 1.000 personas que viven en Port Elizabeth", explica a la AFP este hijo de greco-chipriotas.
Charalambous estará ubicado el sábado en un lugar de privilegio puesto que la Federación Internacional de fútbol (FIFA) y la ciudad la han solicitado gestionar el recinto durante el Mundial.
"No tiene necesidad de preguntarme la razón por la cual estaré aquí el sábado", bromea este ex profesor de marketing financiero de universidad.
"Los primeros griegos llegaron a Port Elizabeth hace un siglo. Hace poco dejé la presidencia de la Asociación de griegos de Port Elizaabeth para consagrarme a mis nuevas funciones", explica.
Para los griegos de la ciudad la fiesta comenzará la víspera del partido. "Desde el día anterior organizaremos una fiesta y esperamos a cientos de personas. Habrá música, danzas griegas y africanas y una enorme barbacoa", comenta Christina, una vecina del barrio.
Uno de sus vecinos va a más lejos. "Si terminamos en el segundo puesto del grupo, podríamos ver el partido de octavos de final jugarse aquí", avanza.
Los pupilos de Rehhagel podrían decidir fijar domicilio en Port Elizabeth, al menos durante el Mundial 2010.
PORT ELIZABETH, Sudáfrica AFP .