Por eso, cada vez que Dunga le convoca para un partido con su selección se siente orgulloso. Por el momento, el Brasil-Italia del próximo 10 de febrero en Londres será su decimoséptima convocatoria con su selección, muy lejos de las 138 de su ídolo.
"Mi referente es Cafú, siempre me he fijado en él. Por eso me gusta el número dos -que lució su compatriota durante toda su carrera deportiva-, pero no es una referencia sólo para mí, sino para todos los jóvenes que tienen en la mente ser futbolistas. Es un ejemplo a seguir, tanto fuera como dentro del campo", ha asegurado Alves en una entrevista con EFE.
Cuando se le pregunta qué piensa cuando en España se le compara con Roberto Carlos, Alves asegura que es "un privilegio" que le comparen con "mitos del fútbol", con futbolistas "que han jugado tantos años y han conseguido" tantos títulos que es como para hacerles un monumento.
Alves nació en el estado de Bahía, tierra de artistas, donde nacieron Caetano Veloso o Gilberto Gil. El barcelonista admite que haber nacido allí le ha marcado mucho.
"En el nordeste de Brasil se vive un poco diferente, se ve el fútbol de otra manera y por eso salen tantos jugadores, pero sobre todo es una tierra de artistas, de cantantes, de actores...", explica el lateral derecho del Barça.
Recuerda que abandonó Brasil con 19 años y sin haber jugado en los equipos grandes de su país. Eso le ha impedido ser un futbolista conocido por el gran público brasileño.
"Cuando tuve la oportunidad -de fichar por el Sevilla- no me lo pensé, porque iba a un equipo que no tenía la obligación de ganar títulos. Otros compañeros fueron directamente a un equipo grande y para jugar en un grande o estás preparado o no tienes margen para mejorar ni para aprender. No tienes tiempo, o estás o no estás", ha explicado.
Aceptó fichar por el Sevilla y el Bahía se embolsó 500.000 euros.
Siete años después, el Barça pagó más de 30 millones por su traspaso.
"Firmé por el Sevilla porque tenían un proyecto a largo plazo y en el que encajaba perfectamente. Al principio pasé dificultades por mi forma de jugar, porque en Brasil, los laterales derechos son extremadamente ofensivos y aquí es justo al revés", recuerda.
Alves explica que hasta llegó a jugar de extremo, pero que como le faltaba recorrido, se sentía fuera de lugar, lo que le valió no ir ni convocado en algunas ocasiones.
"Pero me dieron tiempo y logre el equilibrio necesario. Además conseguí hacer cambiar la idea de que un lateral no tiene por qué ser sólo defensivo", ha explicado.
El lateral barcelonista, el que más minutos juega de equipo, uno de los mejores asistentes del Barça, no tiene problemas en admitir que seguramente es un jugador a descubrir por el gran público brasileño.
Por eso, cuando alguno de sus amigos brasileños le visitan en España aún se sorprenden de que aquí sea un futbolista tan conocido.
"En Brasil apenas me reconocen -por la calle-. En este sentido me hubiera gustado estar un poco más de tiempo allí, porque eso para la selección tiene un peso diferente. Los aficionados brasileños ven a un Dani Alves en la selección y se preguntan quién es ese. Al no conocerte, no saber el trabajo que haces, pues la gente no te da crédito", asegura.
Pero acostumbrado como está a luchar contra los elementos, Alves se toma la vida como un reto continuo. "En la vida las cosas son difíciles, hay que currárselo y lo voy a tener que hacer: convencer a la gente de mi trabajo, hacer que me conozcan y cuando tenga mi oportunidad en la selección, como otras veces que me la han dado en otros sitios, espero aprovecharla y demostrar que sirvo", ha dicho.
Asegura que con Dunga, el seleccionador brasileño, se lleva "bien" y ha calificado el grupo que forma el combinado 'verdeamarelho' como "maravilloso".
"No tengo ninguna queja. Los jugadores que hay en la selección son los mejores. Ahora no estoy entre los once titulares, pero en la vida hay que plantearse un objetivo, yo lo tengo y voy a pelear por el hasta el final", insiste.
Barcelona
EFE
