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No era solo la amargura de ver a Inter de Milán coronarse campeón anticipado del Calcio, sino un gol madrugador de Molina a los 10 minutos, en una desconcentración defensiva que se cobró sin piedad para el 1-0.
Cuadrado quería pero no podía y el árbitro no sancionaba ninguna de las faltas, una muy clara a los 29 que debió generar un tiro libre prometedor.
¿Cristiano? ¿Dybala? En todo el primer tiempo un cabezazo de Mckennie que pasó muy cerca y pare de contar.
El complemento fue un poco más de lo mismo, con un par de intentos, sin la contundencia de siempre, del estelar portugués. Cuadrado seguía aportando la movilidad que se pedía, generaba un peligroso tiro libre, pero nadie se atrevía a finalizar, mientras Udinese descansaba en la comodidad de su victoria corta, pero victoria al fin.
CR7 pasó desapercibido y ahora Lukaku, el campeón con Inter, lo tiene a 4 goles. Todo mal para él y para los de Turín... Hasta que De Paul metió la mano en su área, a la salida de un tiro libre que generaba Cuadrado con una falta dudosa, y el portugués tuvo algo de alivio con el penalti del 1-1 final. Tan fastidiado estaba que corrió por la pelota, la llevó al medio y ni miró a ninguno de sus compañeros para celebrar. No tenía nada que festejar, de hecho.
Pero a los 90 sí que los abrazó, sí que se alegró, sí que pudo sonreír, cuando marcó el 1-2 de la remontada, apareciendo para el cabezazo al palo contrario. ¡Increíble! Bueno, no tanto cuando está el goleador el en campo.
El tiempo se fue y le dio alivio a Juventus pues ahora la tabla dice que es tercero, con los mismos puntos de Milan y Atalanta (69) y dos más que Nápoles. ¿Qué pasará? La pregunta del millón para Pirlo, para Agnelli, para todos en la desconocida versión actual del excampeón italiano.