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El último llamado de Carlos Queiroz para los amistosos de Colombia contra Brasil (6 de septiembre) y Venezuela (10), abrió un debate de marca mayor en el fútbol colombiano: ¿terminó la era del volante 10?
En el listado de 24 convocados, el DT portugués omitió a los creativos netos, a pesar de que no tendrá en estas dos jornadas a James Rodríguez, el indiscutible en esa posición. ¿Por qué no lo reemplazó?
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"Tenemos que seguir adelante con el fútbol creativo, de mucha penetración de pases, de consistencia. No tengo un volante 10, pero sí cuatro 11 que pueden crear desequilibrio en toda la cancha", dijo él mismo durante la presentación de su selección.
Su apuesta, por esos cuatro extremos, es con Luis Díaz, Juan Guillermo Cuadrado, Orlando Berrío y Yairo Moreno. Fueron los nombres que él mismo mencionó.
Y hay que decir que vale como ensayo, pues para eso son los partidos amistosos, para usarlos como laboratorio de pruebas y encontrar alternativas si falta, como ahora, un hombre clave como James o si las circunstancias de un partido obligan a cambiar radicalmente la partitura.
¿A qué jugaría Colombia sin un un 10?
Tradicionalmente, Colombia ha tenido la figura del volante 10 no solo a la hora de la creación y la salida del equipo, sino también, muchas veces, como el cerebro que sabe cuándo hacer la pausa, cómo quitar presión en un momento de necesidad, cuándo apretar el acelerador y cuándo volverlo a soltar.
Pero la era Queiroz trae un cambio que podría incluso tocar ese esquema mental de la Selección. Es un hecho que el esquema de 4-3-3 es su favorito porque le permite desdobles rápidos y muchos jugadores lanzados al ataque y pisando el área, en vez de tener que circular siempre la pelota por un solo eje.
Si se revisa, por ejemplo, la última Copa América, así utilizó a James: apareció por la derecha y no detrás del mediocentro, tratando de encontrar fórmulas por las bandas. En ese orden, el llamado a ocupar el lugar del zurdo de Real Madrid (ausente por lesión) sería Berrío, un extremo puro que viene de lesión en Flamengo.
Ya lo dijo Queiroz: mucho vértigo, mucha salida ágil y precisa, muchas alternativas de ataque para sorprender a todos los tipos de rivales. Por eso le gustan tanto hombres como Luis Díaz, por ejemplo. Escuela europea en su máxima expresión es lo que esperaría a Colombia en la nueva era.
¿Le conviene Colombia jugar sin 10?
Dos preguntas surgen a la hora de pensar en una Selección Colombia sin un volante 10: ¿está en el ADN de los jugadores perder el referente creativo que ha hecho carrera por décadas? ¿Es que se quiere jugar a otra cosa es que, excepto James, no hay un 10 a la altura de una Selección Colombia?
El primer tema deja serias, muy serias dudas. Colombia ha tenido tradicionalmente un fútbol asociativo, que en no pocas ocasiones ha dependido de un jugador de campo marcado con el 10: uno que pare y levante la cabeza para organizar la salida, uno que sorprenda con pases profundos (imposibles, como los de James), uno que sepa cuándo acelerar y cuándo sacar el pie y que a través de esa pausa maneje la presión en momentos de necesidad. Dice bien Queiroz que no hay que sentarse "a llorar" porque el 'Pibe' Valderrama no está sino "encontrar alternativas".
Y eso lleva al segundo punto: ¿es que al DT no le gusta el 10 o es que no tiene candidatos? Las dos tesis las puede derrotar un solo jugador: Edwin Cardona. El mediocampista del Pachuca tiene ese perfil de pasador, como lo demostró en la Copa América de Brasil, pero además ofrece sacrificio en la marca, potencia en el juego aéreo defensivo y ofensivo y suma la media distancia. Lamentablemente no entró en la convocatoria.
Y no es el único candidato: Jarlan Barrera tiene pase y gol; Nicolás Benedetti está recuperado de sus problemas físicos y suma experiencia en el América de México; Andrés Felipe Roa ha hecho escuela en Argentina; Yesus Cabrera es creativo del América, líder del fútbol colombiano.
No faltan hojas de vida pero, hay que decirlo, la elección de Queiroz y su escuela de fútbol europeo que muchos deseaban, ha llegado con sus buenas y sus a veces traumáticos cambios. Brasil y Venezuela dictarán sentencia sobre si está Colombia para privarse de un número 10.