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Tottenham viene de humillación en humillación y ya el dueño se cansó de dar vueltas. Por eso tomó una decisión radical.
El entrenador interino Cristian Stellini, quien asumió tras el despido de Antonio Conte, también fue cesado de sus funciones después del lapidario 6-1 que sufrió el equipo en su visita a Newcastle. Pero no fue lo único pues
encajó 11 goles en 4 partidos, una media realmente insostenible.
Daniel Levy, máximo dirigente de Tottenham, lo confirmó: “Cristian dejará su cargo actual junto a su cuerpo técnico. Cristian intervino en un momento difícil de nuestra temporada y quiero agradecerle la manera profesional en la que él y su cuerpo técnico se han comportado durante un momento tan difícil. Le deseamos lo mejor a él y a su personal. Ryan Mason asumirá las funciones de entrenador en jefe con efecto inmediato. Ryan conoce bien el Club y los jugadores. Actualizaremos más sobre su cuerpo técnico a su debido tiempo”, informó. Ryan se estrenará este jueves contra Manchester United, nada menos.
Todo muy político pero la realidad es que Stellini resultó peor que Conte, pues expuso a dos jugadores importantes, uno tal vez más que el otro. Este fin de semana, en St James Park, al encargado se le ocurrió reemplazar a Hugo Lloris, quien había encajado los cinco primeros tantos, en el intermedio. Aunque se especuló con un problema físico, realmente el campeón mundial no tenía nada, salvo la pena de la goleada.
Meterse con un referente habría sido la gota que rebozó la copa, y que ya venía mal con el manejo del caso Dávinson Sánchez, a quien sacrificó en la derrota contra Bournemouth al ingresarlo al minuto 36 y reemplazarlo al 59 por un error claro en marca.
Lloris cuestionó públicamente esa decisión y dijo que nunca vio a su afición reaccionar de esa manera tan lamentable. ¿Le cobró Stellini? Como hubiera sido, ahora le cobraron a él.