Opinión

Yepes y Giovanni: goles y autogoles de los ídolos

Los dos pasaron de la idolatría, a la discusión y el reproche ahora en su papel como técnicos.

27 de septiembre 2016, 11:26 a. m.
Tras su retiro, el español Pep Guardiola comenzó a buscar y a fortalecer conocimientos por todo el mundo, tratando de identificar la idea de juego que pretendía para los clubes que se aprestaba a dirigir. Se preparó con lujo, tocando diferentes culturas y se lanzó a la aventura que hoy pocos discuten.
Zidane, al revés, apelo a la empatía con el público y a sus brillantes maniobras del pasado para convencer, pero su fútbol no seduce en el actual Real Madrid.
Común, como el de Zidane, es el impulso de muchos jugadores para, de súbito, saltar de la cancha a los bancos, sin experiencia en el arte de ser entrenadores en la alta competencia.
Giovanni Hernández y Mario Alberto Yepes, técnicos de Junior y Cali, espectivamente, han pasado de la idolatría en los estadios, a los eléctricos banquillos técnicos que amenazan con digerirlos. Su posición, en ambos casos, se encuentra en entredicho por los devastadores efectos de los resultados.
Pero jugar no es dirigir.
Mario Alberto descartó a Jorge Luis Pinto, como su adiestrador en Selección Colombia de hace años, por su temperamento. Pero una pequeña porción del temperamento de Pinto, por controversial que sea, le hace falta al técnico del Cali para encontrar la vía del éxito en el equipo que comanda.
El 'Príncipe' Giovanni, no encanta. El pueblo, en Junior, no aprueba su gestión y la popularidad ganada como jugador ha decrecido desde que asumió el cargo de  técnico. Talentoso fue su fútbol e indiscutido el aporte hacia el triunfo de sus equipos, pero su discurso, siempre decente, no cala porque su equipo carece de las ideas lucidas que él tenía.
Momentos complicados para ambos, pero no es el fin porque la vida sigue en este o en otro lugar, atesorando experiencias que dan los partidos, los títulos, las derrotas y los años.
La discusión no pasa por la jerarquía histórica de Mario en los campos de juego, que fortaleció su fama de capitán. Ni por las palabras ordinarias de sus excompañeros hacia Giovanni, carentes de ética y de solidaridad, pero de profunda consideración por tantas verdades en el contenido.
El carisma del futbolista no es el mismo del director técnico, tampoco es igual la influencia de cada uno con su papel en el juego. El asunto está en ganar, gustar y convencer y necesario es estudiar.
“Comiendo pescado no se aprende a nadar”...
Esteban Jaramillo Osorio
Especial para FUTBOLRED
Twitter: @estejaramillo
Reciba noticias de FutbolRed desde Google News

EN LA JUGADA

Más...