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Deportes Tolima volvió a clasificar a cuadrangulares, y si, con tiempo de anticipación. Es uno de los habituales en estos certámenes, protagonista y candidato a ganar la Liga. No es novedad ni suerte, el trabajo de los de Hernán Torres los ha llevado a ser un equipo con solidez, fuerte y aguerrido.
Finalista en los dos últimos campeonatos de Liga, con opciones actuales de consolidarse y avanzar a octavos de final en Copa Libertadores. La inversión, el modelo a seguir y los elementos que poseen los vinotinto lo perfilan en el grupo B, donde estará con Medellín, Envigado y Equidad.
Fortalezas
Juego rápido y directo: Tolima se ha convertido en un equipo para temerle. No solo tiene jugadores con buen pie, para darle manejo. La fortaleza física, combinando velocidad con fuerza y habilidad con la esférica, le permiten solucionar juegos con un cambio de frente, diagonal o pase en largo.
En el ataque, jugadores como Plata, Ibarguen, Orozco, Caicedo y compañía, ganan en los mano a mano con facilidad. Un buen pase de los jugadores de arriba como Moya, Quiñones o en la mitad con Cataño o Rios, los dejan en situación de gol, siempre jugando a espaldas de sus rivales.
Nómina amplia en el ataque: los de Torres no solo se enfocaron para la Liga en este 2022, sino para la Copa Libertadores. Tienen dos arqueros de mucha altura y que brindan seguridad. Su ataque está lleno de alternativas, especialmente, en la zona de ataque y de extremos.
Si hay que defender, lo hacen sin incomodidad: el todo vale, desde el aspecto futbolístico, no es algo que guste en muchos aficionados. Si el Tolima se ve sometido y con dificultades, no tienen problema en montar un bloque denso y complejo, difícil de sobrepasar. Juega a no perder y puede aprovechar los contragolpes para dar la sorpresa.
Debilidades
El Murillo Toro, no es la misma fortaleza: los de Torres están en la octava casilla de los mejores locales, les va mejor de visita. De diez partidos, han ganado seis, perdido tres y empatado uno.
Desconcentraciones: no solo en Liga, sino en Libertadores se ha visto esto. Los de Torres han perdido puntos por pequeños detalles, fallas en la sincronía del onceno y desde la parte estratégica, brindando espacios para que su rival llegue a someterlos y los sorprenda. Así les pasó en la final con el Cali, donde todo cambió en poco tiempo.
Quiñones y Moya, son fijos en el onceno: sin ellos, la zona de centrales cambia. Pese a tener jugadores con talla para este sector, los dos experimentados brindan seguridad, salen con la pelota al piso y son rápidos.
Entrenador
Hernán Torres ha liderado un proceso de un equipo que logra fastidiar al rival, lo complica y lo sorprende con su velocidad. La evolución de la idea del tolimense, en los últimos años, es evidente desde el aspecto táctico y estratégico. Un equipo reactivo, con elementos para hacer bastante daño y aprovechar todos los espacios que dejan los rivales.
Figura
Juan David Ríos se convirtió en el jugador eje en la mitad de la cancha. Ida y vuelta, le permite llegar al ataque y que sus compañeros lleguen a hacer superioridad numérica en campo rival, otra característica del Tolima. El volante tiene un porcentaje del 84% de pases acertados en campo rival, siempre con vocación ofensiva.