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Siguen los problemas en América de Cali de prácticamente regalarle un tiempo al rival, como ha sucedido en los últimos partidos. El sábado pasado regaló el segundo contra Jaguares, y lo repitió este sábado ante Bucaramanga con el primero.
En la parte inicial, un ritmo de juego muy flojo, en el que las mejores aproximaciones fueron de media distancia con remates de Adrián Ramos y Carlos Sierra, quien por momentos se ubicaba detrás del '9'.
El que intentaba mover los hilos era Deiner Quiñones, que lo intentó con más criterio por el sector derecho, tratando de colocar balones; en la zona defensiva el nivel de los centrales con los que insiste el técnico Juan Carlos Osorio sigue siendo muy bajo.
Bucaramanga con poco, pero gracias a su buen toque en corto, pudo irse en ventaja rápidamente con el 2-0, y al minuto 17 Pablo Ortiz tuvo que ser sustituido por precaución de una segunda tarjeta amarilla, luego que el juez central David Espinosa -que tampoco estuvo bien- no vio un manotazo a un rival antes del cambio.
Para la parte final, Juan Carlos Osorio pudo recomponer el equipo con tres cambios que le dieron una cara distinta al equipo, con más asocio para Deiner y en defensa dejaron de sufrirlo, ya que Bucaramanga dejó de atacar por la exigencia física propuesta en la parte inicial.
Con el cambio de Adrián Ramos por Gustavo Torres, los rojos, que vistieron de negro, perdieron profundidad en el área y los locales aprovecharon para refrescar líneas y volver a tener el control del juego.
Las figuras en el local, Alejandro Quintana por el segundo gol, y el guardameta Juan Camilo Chaverra por sus intervenciones. En América, Dainer Quiñones fue quien más intentó llevar el equpo hacia adelante, especialmente por la derecha y con perfil cambiado.
Para completar el oscuro panorama, Adrián Ramos se fue lesionado tras marcar el descuento y allí prácticamente se, acabaron las ilusiones del empate, porque Gustavo Torres naufragó ante la, defensa 'leoparda'.
Nada que mejora América. Hay un contrato dd por medio hasta 2023 y un proyecto de construcción de un centro de alto rendimiento, pero los resultados no aparecen. Lo peor es que cada vez las voces inconformes aumentan por la equivocada conducción técnica de Juan Carlos Osorio.