Por favor, que nadie de Santa Fe (dirigentes, cuerpo técnico, jugadores e hinchas) le saque el cuerpo a la obligación que tiene el equipo de ser el campeón de la Liga Postobón I-2012.
Hace mucho tiempo no había fuerzas tan disparejas en una final del torneo colombiano. Tal vez desde el 2007, cuando Atlético Nacional conquistó el doblete de la temporada a costa de Huila y de La Equidad, respectivamente.
Son cinco años en los que no se veía un enfrentamiento tan desigual. Por tradición, calidad individual de jugadores, experiencia, dirigentes y hasta por hinchadas, Santa Fe es el gran favorito para alzar el trofeo de campeón y coserle la séptima estrella a su escudo.
Eso de que no hay un claro favorito, de que son dos fuerzas parejas, de que Deportivo Pasto es un gran equipo, de que cualquiera de los dos puede ganar el título, etc. etc. etc. no es más que verso por parte de la gente de Santa Fe. Una cosa es respetar al rival, reconocer su condición de merecido finalista, y otra 'escurrir el bulto' ante la obligación que le dicta al cuadro 'cardenal' su historia.
Acá se trata del duelo entre el primer campeón del fútbol colombiano y uno que apenas posee un título en la máxima división del balompié nacional. Entre un equipo de la capital del país frente al de Nariño, que además lleva apenas seis meses de regreso en la primera A, tras dos temporadas de condena en la B.
Se trata del enfrentamiento entre el Santa Fe de Omar Pérez (exBoca Juniors); Gerardo Bedoya (exBoca Juniors, exRacing, ex Cali, ex Nacional, exSelección Colombia); Diego Cabrera (selección Bolivia, exCúcuta Deportivo, exMedellín); y una 'banda' de magníficos jugadores jóvenes, hechos en la casa 'cardenal', frente a un Pasto que reencauchó a un arquero que parecía desahuciado en la A como José Fernando Cuadrado; a un lateral que fracasó en varios equipos como Gilberto García; a un volante que salió por la puerta de atrás de Millonarios como Omar Rodríguez; y a un delantero que casi pierde un ojo y que estaba sin club como Edwards Jiménez.
De las dos directivas, ni hablar. No hay punto de comparación entre la experiencia y los éxitos en el fútbol que ha tenido César Pastrana, el presidente de Santa Fe, con los esfuerzos y los conocimientos que han adquirido sobre la marcha los dirigentes del Pasto. Y con las dos hinchadas ocurre algo muy parecido. La roja tiene mucha tradición, la pastusa un empuje y un fervor increíbles. Ambas, eso sí, poseen un paladar refinado y un ojo agudo para el fútbol.
Tal vez en lo único en que las fuerzas están casi parejas es en los dos directores técnicos. Wilson Gutiérrez, el de Santa Fe, y Flabio Torres, el de Pasto, son jóvenes y sin experiencia en estas lides, así los dos hayan sido jugadores profesionales e incluso la historia diga que fueron compañeros en el equipo albirrojo en 1994.
Todos son argumentos contundentes que le dan el favoritismo a Santa Fe y, sobre todo, la obligación de ganarle la final al Deportivo Pasto. Si el conjunto nariñense es el vencedor, habrá que reconocer que fue el mejor y aplaudir su gesta. Pero, también, sin ninguna excusa, habrá que escribir en letras mayúsculas que el conjunto 'cardenal' fue el gran fracaso del semestre, al sepultar una gigantesca ilusión: la de ser campeón después de 37 años.
GABRIEL BRICEÑO FERNÁNDEZ
Editor de Futbolred.com
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