James sigue siendo el eje del cuadro de Leonel Álvarez. El pasado 11 de octubre, el jugador de 20 años fue el hombre que más brilló en La Paz frente a Bolivia y ante Venezuela demostró que no le pesa la camiseta 'tricolor y le sobra personalidad.
En el juego en el Metropolitano cuando Rodríguez apareció, Colombia fue vertical y creó peligro sobre el arco de Renny Vega. Cuando desapareció, se perdieron las ideas en la 'Tricolor'.
Y es que parece que James llevara mucho tiempo jugando fútbol profesional, pero que ironía, es el jugador más joven de la Selección. Arrancó jugando por zona derecha y con sus constantes y endiablas diagonales hacia el centro, creo un boquete en la zona defensiva venezolana.
De sus pies partió el golazo de Fredy Guarín, él gestó la obra maestra que culminó su compañero del Porto. Con su gambeta corta y su inteligencia para abrirse espacios, Rodríguez tuvo enloquecido al marcador por ese costado, Roberto Rosales.
Luego, cambió de zona con Dorlan Pabón y también fue importante. Para la segunda parte, hizo buena pareja de ataque por la derecha con Pablo Armero y hasta se dio el lujo de levantar a la exigente afición barranquillera con un par de túneles. Pero el gol no llegaba y Rodríguez comenzó a desaparecer.
Y cuando el reloj marcaba 90 minutos y antes de salir sustituido por Dayro Moreno, James casi tiene otro partido perfecto con Colombia. El '10' cobró con su pierna zurda un tiro libre al borde del área, el balón salió lanzado como un misil y se oyó el uy! en el estadio. La pelota rebeldemente se estrelló en el palo horizontal y ahí murieron las esperanzas de la victoria colombiana.
A pesar del lánguido empate de Colombia frente a Venezuela, James Rodríguez sigue demostrando que tiene personalidad para jugar fútbol y que, a pesar de su juventud, no le pesó actuar en el Metropolitano.
Diego Loaiza Gómez
Enviado Especial a Barranquilla
Periodista Futbolred.com
