Un día en la oficina, un trámite, pasar por el pasaporte por la máquina y presentarse a la final de la Europa League. Así, casi sin sudar, fue la clasificación del Inter de Milán, ante un tímido e inofensivo Shakhtar de Ucrania.
El duelo terminó 5-0 porque así lo decidieron los italianos, que siempre que quisieron acelerar metieron miedo, mientras sus rivales si acaso conocieron el arco de Handanovic. Una exhibición de Lautaro Martínez, a ver si toman nota en las oficinas de algún club español que, dicen, lo pretende…
En fin. En el campo el dominio del ganador fue absoluto. A los 18 minutos, el primer remate al arco fue gol: un mal saque del portero hizo que se avivara Barella y fuera hasta la esquina para meter el centro, preciso a la cabeza de Lautaro. 1-0 y parecía que despertaban los ucranianos, que lentamente tomaban la pelota, pero con una mala estrategia: toque y lentitud ante un rival italiano, experto en asegurar su zona.
En cambio Inter lo tuvo a los 26 pero increíblemente tres de los delanteros del Inter llegaron con superioridad al área rival y ninguno fue capaz de embocarla. Los médicos, que también se enferman…
No hubo mucho más en el primer episodio y a los dos minutos del reinicio, se la robó Lautaro y cuando quiso bañar al portero este voló para proteger su puerta… había falta del argentino pero le concedieron un tiro de esquina y otra opción de gol para el infractor.
Hasta los 60 minutos se demoró Shakhtar en rematar directo a gol, un intento de Moraes que anticipó muy oportuno el portero Handanovic. Fue la única opción en 90 minutos.
Y entonces el segundo del Inter, cuando D’Ambrosio se animaba a los 63 en un tiro de esquina, en el que les ganó a todos en el salto para el 2-0. Tapó Pyatov el tercero de nuevo al durísimo remate de Lukaku a los 70 y ya, a esa altura, era un trámite el tema de la semifinal para el Inter.
La goleada sería obra de Lautaro, quien tomó un balón frente al arco ante los pasivos ucranianos y pegado al palo envió un derechazo con veneno para el 3-0.
Y el puntillazo llegaría gracias a, quién sino, Lukaku, a una atención de su compañero Lautaro, quien con dos goles y una asistencia pasó sobrado la calificación de figura del juego. Pasaría derecho el goleador belga con el 5-0 que consolidó el cupo a la final y ya Shakhtar era puro pánico, no de perder sino de no llegar a pisar los talones del bochorno de Barcelona en Champions.
Inter se instala en la final después de 10 años de ayuno en finales europeas y espera en el Sevilla de España, verdugo de Manchester United, un rival más exigente.