No hay lugar como el hogar, y eso lo tiene claro James Rodríguez cada vez que llega a la Selección Colombia.
El capitán se reportó este sábado a la concentración en Buenos Aires, donde era esperado con la gran expectativa de siempre, considerando que es el jugador más influyente del equipo por lejos.
Se trata, necesariamente, de un oasis para él, una pausa en medio de una situación que ha crecido en tensión en su club, Rayo Vallecano, donde prácticamente no cuenta, a pesar de estar sano y disponible.
Lo que dice, lo que calla
El 10 se puso a órdenes de Néstor Lorenzo, el entrenador que más consideración ha tenido con él en los últimos años, y su expresión cambió de inmediato: apareció sonriente y feliz y lo confirmó con un mensaje elocuente en redes sociales.
"Con la misma ilusión de siempre", dijo, mientras ingresa al lugar donde preparará los duelos contra Uruguay (15 de noviembre( y Ecuador (19).
De Rayo Vallecano, de la marginal importancia que tiene al mano de Íñigo Pérez, de los últimos escasos minutos que le dio cuando ya Rayo perdía por 0-3 (1-3 final) contra el modesto Las Palmas, el zurdo eligió callar.
Pero así como dicen que una imagen vale más que mil palabras, bien se puede comparar su actitud dentro de su equipo nacional y sus gestos en el banquillo, donde ha estado relegado.