James Rodríguez cuando sí y cuando no. Titular por segunda jornada consecutiva en Selección Colombia, dueño de la confianza del técnico Néstor Lorenzo, ¿pero sigue teniendo el rótulo de indiscutible? Para unos, la cancha lo desnudó. Para otros, entre ellos los estadígrafos, puede ser un tema de percepción. James es así, siempre un motivo de discusión.
El zurdo apareció en un módulo de 4-2-3-1, en el que, en teoría, era el que jugaba detrás de Falcao, pero en rigor su aporte a la generación de juego fue nula.
Es cierto que no fue su culpa el penalti que comete Díaz o el paseo frente al área rival que coronó el 2-0 apenas a la media hora. Pero hizo poco, demasiado poco para revertir esa situación. Una vez conectó con Cuadrado, una más lo intentó con Díaz y poco más. Después tuvo que ir muy atrás en el campo, detrás de la línea del medio campo, para hacer contacto con la pelota y ahí quedó ene videncia su falta de ritmo, pues no pudo llevar la pelota hasta los atacantes.
Verlo caminando mientras México ponía un ritmo asfixiante y hacía ver mal a todos los de rojo, es alimento puro para todos los que criticaron desde su convocatoria hasta su titularidad, por encima de los que vienen en la fila. Para empezar, Carrascal, su reemplazo en el segundo tiempo, fue todo lo que no fue James: velocidad, toque al pie y reacción para recoger la pared, picardía y remate al arco.
Hasta ahí lo que se pudo ver. Pero lo que no se ve es la estadística y ahí, según Sofascore le lanza un salvavidas: tres pases clave, 4 pases largos exitosos, 3 duelos ganados y, atención, 93 por ciento de precisión en el pase, para una calificación total de 7 puntos. Sí, es el mismo partido que todos vimos.
James Rodríguez
Foto: Sofascore para Futbolred
Lo que sí resulta indiscutible, y lo sabía seguro el técnico Lorenzo, es que está lejos del nivel que se requiere para una selección nacional y que si no vuelve a ser él ya no le alcanzará con la exitosa historia que escribió. Sus decisiones lo tienen donde está. Su camino es, sin duda, cuesta arriba.