En casa de Aston Villa se sacudió Liverpool de sus tropiezos recientes y, con una victoria clara por 1-3, se reacomodó en la Premier League.
Muy, muy pronto se encontró Liverpool el gol de la calma, a los 5 minutos: vivo Alexander-aArnold abrió el pase a Robertson, centro al otro palo para Salah y el egipcio infalible celebró el 1-0 parcial.
Y entonces la vantaja de tener un arquerazo como Alisson Becker, quien a los 9 minutos le negó el gol a Baily, mismo que insistió a los 13 en otro mano a mano que ganó el brasileño.
El que podía ser el segundo lo negó un fuera de lugar de Matip, aunque vale decir que iba a ser un lindo gol de cabeza suyo. El que sí no fallaría sería Van Dijk, quien rondaba oportuno para aprovechar que Salah bajaba la pelota en el área y se la dejaba para el remate cruzado que acabó en el 2-0, a los 37 minutos.
Pero la pálida ya casi habitual de los rojos llegó con el arranque del complemento, cuando los locales se fueron encima del arco de Becker y exigieron varias veces a un Van Dijk más grande que todos -en estatura y juego-, hasta que a los 59 Douglas Luiz encontró el pase que nadie más vio y habilitó a Watkins para su gol de cabeza y el 2-1 que le daba vida y espectáculo al partido.
Sin embargo, Klopp resolvió asegurar la marca con los cambios y acertó, uno de ellos Bajcetic, el hombre que a los 81 marcó el 3-1 y bajó la persiana.
El sexto lugar de la tabla (25 puntos, a uno de M. United por Europa League) es un alivio para un Liverpool que venía de perder en EFL Cup contra M. City y que se acerca a los puestos de clasificación europea de la Premier League. Boxing Day feliz, sin ninguna duda.