Era un derbi, un partido para no fallar, para sumar al menos, pero todo aquello que empezó como un sueño terminó siendo un desastre.
Arsenal se impuso 2-1 contra Tottenham en el derbi del norte de Londres, en un partido en el que remontó y en el que Lamela, autor de un golazo, y Dávinson Sánchez acabaron pasando del rol de héroes al de villanos. El primero fue expulsado y el segundo cometió un penalti, discutido y todo, pero que acabó siendo definitivo para la victoria local.
Dávinson rezaba y pecaba en el inicio: le hacía un caño Lacazette pero lo frenaba con falta y luego, en el tiro libre, era su cabeza la que anulaba el peligro en el área de Lloris. Pero a los 15 minutos ya era la suerte lo que lo salvaba pues iba tarde al cierre de Smith Rowe, quien soltó un remate excepcional que se estrelló en todo el ángulo del arco, con Lloris vencido.
Y entonces el infortunio: Son metió un pique de esos típicos suyos y sintió el pinchazo de inmediato, por lo que se tuvo que ir a los 18 minutos en beneficio de Lamela.
Bale inventaría, a los 32, la primera llegada de Tottenham en todo el partido: metió el cambio de frente y le quedó a Lamela, quien rodeado los desconcertó a todos cuando definió nada menos que de rabona, para decretar el 0-1 parcial.
Un gol así rayaba en la humillación y por eso, a los 36, Lacazette la dejaba pasar para que apareciera de atrás Cedric, quien estrelló en el palo lo que iba a ser un golazo.
Encontraba antes del descanso el empate Arsenal, un remate frontal de Odegaard que le pegaba a Alderweireld y desubicaba a Lloris para el 1-1 y se hacía justicia con el que más proponía.
Una lástima que en el complemento el partido se enredaba, se trababa en el medio campo y había pocas opciones de gol y casi que daba la sensación de que sería un error lo que haría la diferencia. Fue, tristemente, del colombiano Sánchez: al ir al cierre de Lacazette (su dolor de cabeza todo el juego) cometió una imprudencia y lo derribó, lo que ratificó el VAR, más allá de que el francés había llegado primero al balón y había fallado su remate. Discutido sí, pero al fin el ofendido fue al cobro y consolidó la remontada 2-1.
Se iba a poner peor para Tottenham (bueno, al menos no sería el único villano el colombiano) cuando a los 75 minutos un manotazo de Lamela le costó la segunda amarilla y la tarjeta roja y entonces sí la operación empate se iba haciendo inalcanzable.
Se ilusionaba Tottenham a los 82 en el cobro de Lucas Moura que pilló apenas adelantado a Kane cuando metía un cabezazo que parecía toda una hazaña, dadas las circunstancias. Pero hasta eso estaba negado esta vez para el equipo de Mourinho.
Pudo ser la reivindicación del colombiano en los minutos de adición, en el tiro libre de Kane que pegó en el palo y el rebote le quedó al caucano, a quien le sacaron de la raya el remate.
El balance fue mucho peor para los 'Spurs', que ceden terreno en la lucha por puestos europeos y ahora son séptimos (45 puntos), mientras Arsenal es décimo, ahora a 4 puntos de su rival.