PSG ya no es el firmamento a donde habrá que mirar para ver las estrellas. Sin Messi, sin Ramos y próximamente sin Neymar, será, tal vez como se pensaba desde el comienzo, el reino de Mbappé.
Y la pregunta ya no es a cuál de las más importantes ligas europeas quieren ir sino quién les dará más y los tentará con más dinero para empezar a planear el retiro.
Con Messi en la MLS el momento de decidir ha llegado para su amigo Neymar, quien podría estar listo para seguir a Cristiano Ronaldo en la Saudi Pro League.
Mientras el brasileño anda viendo baloncesto en Miami, el movimiento del campeón mundial a Estados Unidos abriría una puerta para él en Al-Hilal, que había presionado al argentino sin éxito y ahora enfocaría sus esfuerzos en la mediática insignia de su país.
Según CBS Sports, una delegación de Al-Hilal voló a París el viernes para las conversaciones iniciales. El informe sugiere que Neymar estaría en carrera pero sobre la base de un salario comparable con el de Cristiano, quien aterrizó en territorio saudí, en Al-Nassr, a mediados de la temporada 2022-23.
Se habla de ingresos por 200 millones de euros por año más una tarifa de transferencia de 45 millones de euros, pues tiene contrato hasta 2025. No sería mucho considerando que Neymar le costó al PSG más de 200 millones de libras esterlinas cuando llegó procedente del FC Barcelona en 2017.
El asunto es ¿qué negocio harán los saudíes? A diferencia de Cristiano, los antecedentes médicos d Neymar son complejos: la temporada más reciente lo vio perderse varios juegos por lesión en PSG y, a su regreso del Mundial en febrero, sufrió un problema en el tobillo que puso fin a la temporada y requirió cirugía. Ahora mismo sigue en recuperación.
Lo que juega a su favor es que en Arabia Saudí no hay preocupación por el dinero. Ya tienen al ganador del Balón de Oro, Karim Benzema, en el campeón Al-Ittihad, donde se unirá a él su compañero internacional francés N'Golo Kante. Y a Cristiano. Y en los próximos días probablemente a Ramos. Los árabes quieren ser sede del Mundial y saben que el costo es alto. Con el mercado abierto puede pasar, literalmente, cualquier cosa.
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