Kevin de Bruyne fue el primero en ponerlos en su sitio: negoció él, apoyado en un abogado para los temas legales y en un complejo sistema estadístico para probar su rendimiento, y renovó con Manchester City para convertirse en uno de los jugadores mejor pagados de la Premier League, sin usar un solo intermediario. ¡Se puede!
Pudo ser el espejo en el que se miró la FIFA, que les dio alas a centenares de agentes de esos que son, en muchos casos, más ricos que las propias estrellas que van a la cancha y que terminaron controlando el mercado por encima de futbolistas y, especialmente, clubes.
A ellos apunta ahora la FIFA con varias medidas que buscan frenar su excesivo poder e influencia y reducirlos a un rol secundario.
Para la FIFA, “el mercado de traspasos se ha visto muy afectado por comportamientos abusivos, excesivos y poco éticos”, por lo cual ahora se limitará su trabajo. Lo primero será impedir que un mismo agente represente al jugador, al club de origen y al que ficha, lo que le genera triple comisión y deja por fuera a los verdaderos protagonistas. Máximo representará a dos actores en una operación pero no al equipo de origen.
Después, esos costosísimos honorarios también tendrán límite: habrá una especie de tablas con valores máximos dependiendo de a cuál parte representa: si es al jugador recibiría un 5 por ciento pero si es al club vendedor será de un 10 por ciento.
Y una preocupación más: ¿cómo es posible que un agente se lucre en una transferencia más que los clubes que forman a los jugadores? A eso también le pondrán límites pues, según la FIFA, desde 2014 hasta 2022 las comisiones a los representantes crecieron un 174 por ciento.
Así que ahora se ha creado un fondo de compensación para los clubes que forman a los futbolistas para que e dinero no se quede en 'paracaidistas' que no invierten nada en la fase formativa y en cambio se lucran demasiado: "el sistema existente no estaba logrando el objetivo previsto de incentivar y recompensar a los clubes por invertir en el fútbol”, dijo el ente rector del fútbol.
¿Es suficiente para quitarles a los agentes el manejo del fútbol mundial? Probablemente no. Pero vendrán más medidas si estas primeras funcionan y entonces serán actores de reparto y no protagonistas en las grandes transferencias. En una de esas hasta pueden desaparecer, como en el caso De Bruyne. ¿O será ya mucho pedir?