Calentura o no, arranque o no, riesgo innecesario o no, lo cierto es que lo de Efraín Juárez en Atlético Nacional quedó en la historia como un paso muy fugaz y sin el final feliz que merecía.
En menos de cuatro meses, el mexicano logró ensamblar un equipo que fue campeón de la Copa y la Liga Betplay II 2024, un efecto inmediato en un grupo que pronto asimiló su idea y se fundió con él, a pesar de los escándalos de sanciones, indisciplina y demás.
Juárez se fue porque, según dijo, se hacían contrataciones a a sus espaldas y se contrataban jugadores que él no había pedido para el 2025, que debía ser al año de su consagración.
"Nunca fui avisado (de contrataciones como la de Uribe) y después hay situaciones que yo me voy enterando por diferentes medios que llega un jugador, no había ningún tipo de consulta. Era informado ya cuando estaba firmado. En esa confianza porque son grandes jugadores, todos los que llegaron, no tenía objeción. Si puedo decir, estaba extrañado porque no es la forma de trabajar. Ellos entendían que quizá no eran las formas, nos dimos la mano, nos abrazamos, esto no va a volver a suceder y bueno el martes sucede una cosa que al final yo no la puedo pasar", reveló el propio DT en charla con ESPN.
Competencia brutal
El mexicano dijo que él nunca tuvo ofertas bajo la mesa para decidir su salida de una manera tan intempestiva, que a partir del momento en que salió de verde "soy un desempleado", pero uno con dos títulos en la bolsa, que no es lo mismo.
Y al parecer, el estratega cumpliría un sueño gracias a ese prestigio que ganó en el club verdolaga: dirigiría en el fútbol de su país por primera vez.
En México informaron que Juárez está en la carpeta de Cruz Azul, uno de los clubes grandes de la Liga MX, pues se quedó sin entrenador, debido a la salida de Martín Anselmi al Porto de Portugal.
De ser así, sería el debut absoluto del joven estratega, cuya experiencia como jefe en propiedad se reduce a los cuatro o cinco meses que estuvo en Nacional. EN el equipo ‘cementero’ no estuvo ni en la dirección ni como jugador, pues en su carrera pasó Pumas, Club Universidad Nacional, América y Monterrey.
El problema es que no está solo: Diego Alonso y Jaime Lozano también punan por el cargo que quedó vacante.
Y la competencia es durísima: Alonso ya fue campeón en México con Pachuca, fue DT de la selección de Uruguay y acaba de salir de Sevilla de España, pero además es primo del director deportivo del Cruz Azul. Y Lozano también tiene experiencia en la Selección de México y pasó por el equipo cementero.
¿Difícil? Ese era el cálculo que había que hacer antes de salir, tan prematuramente, del equipo que aposto todo por él, a pesar de su nula experiencia.