Mientras escribo la columna se da la fecha de la vuelta a los entrenamientos, desde el 8 de junio regresarán las prácticas de los equipos de primera división de forma individual. Gran noticia, el Gobierno confía en la estructura de la Liga para volver. Pero esto es una primera fase y el paso a la siguiente depende del éxito de la anterior y el éxito es que no haya contagiados o que el porcentaje sea mínimo como en la Bundesliga.
La pelota quedará en la cancha de los dirigentes en primer lugar. Organizar, elegir si es en una o en varias sedes, si se viaja por aire o se escogen ciudades cercanas para hacer trayectos cortos por tierra; si se empieza de cero y si se cambia el formato, pero sobre todo cómo hacer para que el virus no encuentre víctimas en ningún integrante de la industria.
Los alemanes van, ya jugaron el gran clásico Borussia Dortmund – Bayer Múnich, han tenido un bajo porcentaje de contagios y hasta el momento de estas líneas, no se reportan nuevos.
Si está la plata, viene la estructura para que cada actor sepa qué hacer y el personal para llevarlo a cabo, aunque por encima de cualquier excelente plan, recursos y elementos para acompañar, está la obediencia y el hábito para construir una nueva cultura de comportamiento. Cualquier desatención, como el de ir a comprar crema dental, como pasó en la Bundesliga, puede ser la diferencia entre el éxito y la bomba biológica.
Tenemos que ser alemanes y mejores que ellos… obsesivos si se quiere, incluso cambiar tics, esos de tocarnos la cara o el famoso gesto de escupir en los campos, pero sobre todo ser profesionales. Le pregunté a Adrián Ramos que si los jóvenes del plantel están preparados para concentrar sin salir por largo tiempo, y el veterano delantero del América se la jugó y dijo que sí, que deben hacer el esfuerzo por volver a jugar.
Lo de los jugadores del Sevilla de irse a un asado con familias es un acto de irresponsabilidad absoluta, atenta contra la salud y contra la economía, porque por un inofensivo encuentro, sano, entre amigos, se puede acabar una temporada. Una salida, una cervecita en la esquina, un saludo a una amiga, no se catalogará como indisciplina, será un delito que pondrá en riesgo vidas y a toda la industria.
Debería la dirigencia comprometer a los actores, que por escrito se ciñan a otro protocolo, al de ser jugadores de fútbol profesional en toda la extensión de la palabra. Porque no es fácil lo que tienen que hacer los jugadores, técnicos y todos los que estarán en contacto.
Un esfuerzo, un sacrificio por sacar adelante el fútbol, pero para darse moral, no son los únicos, a casi todos los ramos les tocará con viento en contra. A cumplir, por primera vez olvidarnos de la famosa viveza criolla, la malicia, eso no va, mejor seamos alemanes por lo menos por lo que queda de crisis.