Ni el más pesimista de los colombianos se imaginaba el resultado de hoy en Barranquilla. Colombia había arrancado bien con los cuatro puntos en la primera jornada y proyectaba una segunda parecida o mas exitosa. Sabíamos todos del difícil Uruguay de siempre, que si bien apenas le pudo ganar a Chile in extremis y perdió contra Ecuador no se le podía subestimar. Y nos pintaron la cara...
Duele porque nos ganan como muchas veces nos pasó a punta de tirarnos la camiseta en la cara. Nos presionaron alto, corrieron y aprovecharon nuestras malas decisiones sin piedad. Haciéndonos ver muy débiles y chicos. Y la tricolor sin rebeldía, nublados, tímidos y con errores propios de conjuntos que no se ven sólidos. Tenemos un muy buen plantel, pero a un año largo desde que llegó Queiroz no tenemos todavía equipo. El juego con Venezuela como lo dijimos después de finalizado no fue un buen examen para sacar conclusiones ante la debilidad grosera del rival. Con Chile nos terminamos salvando gracias al eterno Falcao y a punta de lo que no apareció hoy, coraje.
Pero el fútbol del que estamos seguros esta generación puede mostrar está extraviado. No se si el mensaje del técnico choca con nuestra intención natural de buscar las victorias o precisamente a raíz de intentar ordenarnos desde atrás terminamos siendo predecibles y fáciles de resolver. No logramos tres pases seguidos, no tuvimos profundidad y no logramos desestabilizar jamás al rival.
Lo de hoy fue tan malo que hay que mirarlo con pinzas igualmente. No creo que tengamos un juego tan flojo otra vez, o al menos eso espero. La confusión reinó y eso insisto no debería pasar todavía con el tiempo que viene trabajándose la idea del entrenador. Teniendo tan buena nómina parecía que en el banco no alcanzaban las soluciones y de hecho no fueron suficientes. Literalmente morimos de hambre con la nevera llena. No creo que el problema pase por usar a Cuadrado de lateral o poner a Uribe que nunca ha podido con la selección por izquierda o por derecha. Jugamos mal, no nos movimos, no fuimos dinámicos, parecíamos visitantes. El nivel en la tarde húmeda barranquillera estuvo muy por debajo de lo que se puede mostrar por parte de la mayoría de los que salieron de amarillo a la cancha. No se puede perder el control de las acciones de esa manera. Las eliminatorias no se ganan aflojando el ritmo. Son exigentes, intensas y mano a mano. Se puede tener una mala actuación, pero lo importante es entender en que no se puede volver a caer y corregir a tiempo. Por fortuna la noche llegó en el tercer acto y no cuando las papas estén hirviendo.
Ahora se viene Ecuador que venció sin problema a los charrúas pero que se defiende muy mal. En el fútbol la ley transitiva no existe. Pero si pudieron con el equipo que nos pasó por encima, si no mejoramos urgentemente nos pueden dejar sufriendo una navidad triste.
Ahora mismo es que se tiene que ver la mano del D.T. portugués. La fortaleza mental europea que tanto seduce a nuestros directivos de la federación. Hay tiempo de corregir y archivar esta página para no volver a cometer los mismos errores individuales ni grupales. Perder de local es muy grave pero aún pueden recuperarse esos tres puntos idos. No me quiero quedar en satanizar a los autores de esas malas decisiones particulares en la cancha, no hubo equipo, difícil que nos salvaran las individualidades solamente, se jugó mal y de una u otra forma se iba a perder así el
encuentro. Lo que se viene claramente es levantar la cabeza y pensar en hacer una presentación correcta en la altura quiteña y demostrar que las buenas expectativas creadas no eran una mentira. Quiero creer que no, sinceramente con las últimas convocatorias estaba optimista pensando que nuestro timonel ya nos estaba conociendo mas, y que si nos tocaba perder algún día lo íbamos a hacer luchando hasta el final pareciéndonos cada vez mas a lo mejor que hemos sido, pero lo de hoy nos alejó otra vez de lo ideal.
_7.png)
