Se habló más bien poco de ese asunto y me extrañó. Claro, hay gestas que a veces quedan encajonadas en medio de otras. Es que había que realizar algo realmente mágico para poder salirse del carril en medio de lo que significaba un lunes festivo con cuatro partidos de fútbol -una verdadera rareza- la polémica que comenzó bien temprano el sábado sobre el afiche de la Federación Colombiana de fútbol y la inexplicable ausencia de Iván Ramiro Córdoba y José Pékerman en la imagen de aquellos héroes que le brindaron grandeza a la tricolor y el previo del juego Colombia-Chile, que terminó en una goleada fantástica y que fue la edificación del regreso a una Copa del Mundo.
Una desgracia porque el “síndrome Farraw Fawcett” quiso tapar una de las jugadas más bellas vistas en el fútbol colombiano en el último tiempo. ¿Cómo es el fenómeno Farraw Fawcett, que también podría ser llamado “Síndrome Cheo Feliciano” o Síndrome Payaso Bebé”?. Muy sencillo: Farraw Fawcett fue una de las mujeres más hermosas del planeta en la década del 70 y se hizo famosísima por su participación, al lado de Jacklyn Smith y Kate Jackson de una serie muy popular: Los Ángeles de Charlie.
La modelo y sex symbol falleció el 25 de junio del 2009 y parecía que este suceso iba a ser la tapa de diarios y revistas. Sin embargo a última hora este hecho, que era protagonista absoluto de la jornada, terminó eclipsado por un hecho aún más relevante; Mickael Jackson, el rey del pop, había sido encontrado sin pulso en su casa y a pesar de ser trasladado al Centro Médico Ronald Reagan de Los Ángeles, no pudieron salvarle la vida. El mito más grande de la música se había ido y de paso, mandó a Farraw Fawcett a las páginas interiores. Incluso algunos medios no registraron el fallecimiento de la blonda mujer porque Jackson copó todos los lugares.
A Cheo Feliciano, que murió en un accidente de tránsito cuando su Jaguar chocó contra un árbol al salir de un casino, lo envió a la B en cuanto a relevancia la muerte de Gabriel García Márquez; y al Payaso Bebé -uno de los más populares de la TV colombiana al lado de Pernito, Tuerquita y Tribilín le dio por morir un 14 de mayo del 2009, apenas unas horas después de que abandonara esta dimensión el maestro Rafael Escalona.
Eso le pasó a Andrés Mosquera Marmolejo, el muy buen arquero de Independiente Santa Fe, pero desde esta tribuna no quisimos que su logro terminara opacado. Fue en Tunja, en un duelo liguero contra Patriotas. Santa Fe iba ganando 2-1 de visitante y haciendo un juego seguro, muy alineado con lo que ha sido el pensamiento de su entrenador Pablo Peirano, que ha sabido construir un equipo muy difícil, de buen juego y seguridad defensiva a prueba de balas. Patriotas tuvo un tiro libre a su favor, en la derecha y el envío cayó en los pies de Joao Rodríguez que, a bocajarro, pateó ante el achique de Mosquera Marmolejo, que detuvo y en el rebote, Paternina lo volvió a fusilar y el portero reaccionó de nuevo. Casi en el suelo, volvió a estirar sus manos para detener el disparo de Victoria y el rebote que quedó de aquella jugada lo remató Paternina de media chilena. Allí apareció de nuevo el grandísimo Mosquera Marmolejo y ahogó cuatro gritos de gol en menos de 10 segundos.
Cada vez que pensamos en esas jugadas sacrificadas de los arqueros, capaces de hacer lo imposible, se viene a la mente la triple atajada de Armani en aquel duelo de Libertadores contra Rosario Central o en aquella de Fariñez, que también paró por tres, sendos remates de Atlético Nacional en la definición de una superliga.
No recuerdo haber visto lo que hizo Mosquera Marmolejo nunca en mi vida. Por eso la jugada fabulosa no puede quedar jamás en el olvido. Que este texto sirva para recordarla por siempre.