Hablemos de camisetas

Nicolás Samper corona a la mejor prenda del FPC en 2023: invitación a sus lectores para participar.

Nicolás Samper, columnista invitado.

Foto: Archivo Particular

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21 de febrero 2023 , 06:31 a. m.

Es, para mí, en cuanto a diseño, la más bonita hoy por hoy del fútbol colombiano. Clásica, sin patrocinios -que sin duda afecta mucho las finanzas pero ensalza la limpieza perfecta del lienzo que llevan los jugadores cuando saltan al campo- color tradicional y el logo verde que contrasta perfecto con el amarillo del Atlético Bucaramanga. Lotto la hizo y recuerda esos uniformes bellísimos de la Serie A en Italia en los años noventa.

Es que cada quién tiene su propia visión de la moda. El Bucaramanga hoy ostenta la mejor camiseta de la Liga, bajo mi óptica rebatible y cuestionable, y además deportivamente anda caminando bien en el torneo. Acostumbrados a los excesos de avisos -es que la camiseta también es una valla publicitaria y eso no hay que olvidarlo- la casaca bumanguesa nos hace acordar de aquellos tiempos románticos en los que el sponsor no parecía ser tan necesario.

Ojo, que también en sus tiempos había marcas que hacían bonita o extrañamente atractivo un uniforme: me devuelvo a la camiseta del Bucaramanga modelo 84: amarilla -o blanca con visos verdes en la presentación de visitante- con el logo de Kola Hipinto. O la cabeza coqueta del pollo que emergió de la letra “K” de Kokoriko, imagen habitual de un hermoso uniforme del Tolima a comienzos de los años ochenta. Mangas negras, pecho amarillo… una gran mezcla, como aquella que también en los 80 y 90 vistieron los ibaguereños llevando a escena una imitación de alguna camiseta suplente que exhibió River Plate: mangas negras con blanco y líneas verticales rojas y blancas.

Y el tiempo hace que sea difícil recordar camisetas sin sponsors: Millonarios en 1985 usó la que, para mi modesto entender, ha sido la más linda de su historia: Diego Caldas alguna vez me contó que el modelo lo encontraron algunos directivos cuando estaban buscando futbolistas en Brasil y vieron el uniforme del Cruzeiro y pensaron que sería gran idea replicarlo acá, con el tono azul de Millonarios. En tiempos de alcancía vacía, por allá en el 2002, repitieron la fórmula con gran vestimenta en tiempos en los que no había ni un solo patrocinio: la estrenaron en un 5-0 contra Quindío, día en el que el ‘Ferry’ Zambrano la rompió y en momentos en los que se desconocía si Peter Kosanovic iba a ser un tiro al aire, como finalmente terminó siéndolo.

Y a propósito del Quindío, cuando vestía de verde y a lo Vélez Sarsfield y colgaba una “V” amarilla que iba hasta la mitad del pecho, era tremendo uniforme; Cúcuta y su sangre y luto con división exacta de dolores con un gigantesco logo rojo que decía “Colombiana la nuestra” -muestra de que no siempre el patrocinio afea la pinta- en 1988. Hoy Pereira anda cercano a ese diseño, ya no con las barras amarillas y rojas, sino con un tinte 50/50 de mitades por color muy bonito. Santa Fe y su modelo escotado del 88 era prenda ganadora...

También pasa que hay modelos inolvidables que, al ser replicados, no quedan igual como antes: lo digo (yéndome más allá de las fronteras) por la camiseta actual de Boca, inspirada en la que usaron para la temporada 1991-1992 y que lucía el patrocinio de la marca de automóviles italianos Fiat en medio de la franja amarilla.

Pero la idea es que nos quedemos por Colombia. En cuanto a look, parece imposible quitarle el cetro a Bucaramanga en el 2023. De camisetas feas hablaremos para la próxima columna, así que si tiene en mente camisetas lindas que se hayan escapado del radar, o feas que merezcan ser postuladas en el FPC, escríbanme a mi Twitter @udsnoexisten.

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